Lucas González, el adolescente de 17 años que fue baleado en la cabeza en un presunto caso de "gatillo fácil" cometido por policías de la Ciudad que lo interceptaron cuando se trasladaba con tres amigos en un auto por el barrio porteño de Barracas, murió tras agonizar en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela, y los familiares denunciaron que los efectivos "tiraron a matarlo" y que le "plantaron" un arma de fuego para simular un enfrentamiento.
Por otra parte, tres efectivos de la Policía de la Ciudad que participaron del hecho en el que fue herido el adolescente, un futbolista de las inferiores del club Barracas Central, fueron apartados de las tareas operativas en la fuerza y se les iniciaron un sumario administrativo, informaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.
El fallecimiento del adolescente fue confirmado cerca de las 17.45 de este jueves y provocó escenas de profundo dolor entre los familiares, amigos y conocidos que en ese momento se concentraban frente al Hospital El Cruce, de Florencio Varela, para exigir Justicia por el hecho. Emanuel, un tío del futbolista, pidió "justicia" por el crimen de su sobrino y que todos los policías involucrados "vayan presos".
"Lucas era mi sobrino del corazón, acaba de fallecer, lo único que le pedimos a todos es que respeten la intimidad de la familia porque está destrozada. Le queremos agradecer a todos los que están y lo único que ahora vamos a pedir es justicia por Lucas que va a seguir en los corazones", dijo a la prensa Emanuel, uno de los tíos del futbolista en la puerta del centro asistencial, al confirmar la noticia de la muerte del adolescente.
Por la mañana, Cintia, la madre de Lucas, había asegurado que su hijo había sido baleado en un caso de "gatillo fácil, porque no pueden sacar un arma y dispararle a unos pibes. Tiraron a matármelo. Esa gente (por los policías) no está capacitada para andar con un arma".
En tanto, durante la mañana los tres jóvenes amigos de Lucas, que estaban en el auto con él y también fueron perseguidos por la policía, fueron liberados del instituto de menores Inchausti, informó la abogada que los representa, Lorena Blanco. La letrada añadió que en la causa no hay por el momento detenidos -ni civiles ni policiales-, que el expediente está caratulado aún como "averiguación de ilícito" y que los tres jóvenes serán citados a declarar en las próximas horas.
El hecho en el que fue baleado Lucas
El hecho ocurrió a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran azul y, al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de civil de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.
La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido.
Javier, padre del chico que manejaba la Suran, dijo a Télam que según le adelantaron en el juzgado de menores que tiene la causa, su hijo y los otros dos jóvenes "declararán como testigos en la causa en la que se investiga el accionar policial".
El miércoles, tras conocerse el hecho por fuentes policiales, la primera información indicaba que a raíz del episodio dos policías resultaron heridos con politraumatismos leves al ser embestidos por los chicos cuando quisieron detenerlos porque supuestamente estaban armados.
Según la policía, en el auto de los chicos fue hallada una réplica de plástico de un arma, pero la mamá del adolescente herido dijo que nunca pudo haber sido vista por los agentes porque la hallaron en el baúl. "La encontraron recién a la noche, una réplica y en el baúl", dijo Cintia, al considerar que el arma fue "plantada".
Al igual que Cintia, los demás familiares de los chicos detenidos rechazaron la versión policial y aseguraron que no habían cometido ningún delito y que acaban de salir de un entrenamiento, ya que se habían ido a probar a las divisiones inferiores de Barracas Central.
Ante esta situación, el Juzgado de Menores 4, a cargo del juez Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA).
El juez ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermotest para determinar cuál de ellos efectuó disparos. En tanto, desde la Coordinadora contra la Represión Policial Institucional (Correpi) denunciaron que se trata de un nuevo caso de "gatillo fácil".
"Otra vez la misma historia. La policía de la Ciudad disparó contra unxs chicxs que volvían de jugar al fútbol en Barracas. Uno de ellos está gravemente herido en el Hospital Penna. No es un confuso episodio, es gatillo fácil", publicó el organismo en sus redes sociales. Con profundo dolor, llanto y angustia, familiares, amigos y vecinos del adolescente de 17 años participaron de dos movilizaciones para pedir "justicia" por el asesinato.
"Mataron a mi sobrino. Queremos pedir Justicia por Lucas. Lucas va a seguir en nuestros corazones y en los corazones de mucha gente", dijo Emanuel, tío del futbolista, en la puerta del centro asistencial de Florencio Varela donde se encontraba internado el adolescente. Los manifestantes se enteraron mientras participaban de ambas convocatorias del fallecimiento del joven, ocurrido pasadas las 17.45, y se extendieron las muestras de dolor.
Una de las marchas se realizaba en el hospital El Cruce de Florencio Varela donde, el joven permanecía internado desde la madrugada en gravísimo estado y en la que se hallaban los padres, familiares y decenas de amigos, todos adolescentes, muchos de los cuales eran también futbolistas.
"Personal de la Policía de la Ciudad culpables", "Justicia por los pibes", "Que paguen los culpables, tenía toda una vida por delante, justicia por Lucas González" y "Basta de gatillo fácil" fueron algunos de los carteles que esta tarde llevaron los manifestantes pasadas las 17, cuando comenzó la marcha.
"Es un pibe buenísimo, es imposible que hayan hecho lo que dice la policía", dijo un joven que dijo tener 17 años y que también es futbolista, al igual que Lucas. Cerca de las 17.45, los padres de Lucas fueron convocados por las autoridades del hospital y en ese momento les confirmaron que su hijo había fallecido como consecuencia de las lesiones que le provocaron los balazos.
"Lucas se levantó, vino a entrenar como todos los días con el sueño de llegar a primera, termina el entrenamiento y se está yendo a la casa con los amigos tranquilos y pasó lo que pasó", dijo entre lágrimas Camilo, amigo de la víctima.
El joven afirmó que los interceptó un "auto de civil y nunca dijeron 'soy policía', los persiguieron y ellos pensaron que los querían robar, les dispararon de la nada". "Lucas era un pibe muy bueno, muy alegre, es injusto todo lo que está pasando a él y a la familia", expresó el muchacho, quien desmintió la versión de la Policía sobre que iban armados.
Por otra parte, en el hospital El Cruce de Florencio Varela también hubo decenas de jóvenes marchando para pedir "justicia" por Lucas. "Nos dio mucha bronca de que lo trataron a él y a los compañeros como un delincuente y no es ningún delincuente", aseguró otro joven.