Con la presencia de prácticamente todos los dirigentes sindicales, incluso de aquellos sectores que se habían alejado en los últimos años como Hugo Moyano, la CGT recibió este viernes al presidente electo, Alberto Fernández, en un plenario de secretarios generales realizado en la sede que la central obrera tiene en la calle Azopardo, en la Ciudad de Buenos Aires. Sentado entre los dos secretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, Fernández dejó un claro gesto de apoyo a la CGT, al afirmar que formará parte del próximo gobierno. "El movimiento obrero organizado es parte del Gobierno que se va a instalar en Argentina desde el 10 de diciembre. Y no es un acuerdo político, es la convicción que todos tenemos", afirmó Fernández durante su discurso. Con la liturgia sindical peronista a pleno, el ganador de las elecciones del 27 de octubre resaltó la figura de Eva Perón y de dos históricos dirigentes de la CGT: Saúl Ubaldini y José Ignacio Rucci, "gran motor de la vuelta de Perón a la Argentina", según resaltó.
Pero además, y en el comienzo mismo de su alocución, puso en primer plano a Cristina Kirchner, quien será su vicepresidenta a partir del 10 de diciembre: "El secreto de este triunfo no es otro que la unidad. El esfuerzo de Sergio (Massa), de todos los gobernadores y particularmente de Cristina. Yo sé que no fue un esfuerzo, fue un enorme gesto de Cristina que yo siempre destaco, porque con Cristina no alcanzaba y sin Cristina no se podía. Ella es la esencia del triunfo". "Nos han dejado muy lastimados. Por más que escriban informes, todos sabemos cómo se degradó la economía argentina. Y también el trabajo, la educación... Para poder salir de semejante estado de degradación hace falta que estemos todos juntos", dijo el futuro jefe de Estado, quien propuso que el edificio de la CGT se convierta en un "centro de capacitación tecnológica para los que trabajan".
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Tanto Moyano como el diputado electo Sergio Massa llegaron pasadas las 10.30. Fernández lo hizo una hora más tarde, a las 11.34, a bordo de una camioneta Jeep negra. Lo acompañó el gobernador bonaerense electo, Axel Kicillof, que ingresó caminando. Unos minutos antes, algunos gremialistas habían intentado entrar al recinto sin acreditación por lo que hubo algunos gritos y empujones con el personal de seguridad. Wado De Pedro, Santiago Cafiero, José Luis Gioja, Gustavo Béliz, y Sergio Massa se sentaron en primera fila, de un lado. Del otro estuvieron los gobernadores peronistas. Detrás de ellos, los intendentes del Conurbano, claves en la victoria electoral de Alberto. Los primeros en hablar fueron los cosecretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, quienes saludaron a Fernández de forma breve con palabras de bienvenida. En la misma línea que el futuro presidente, resaltaron la importancia de la "unidad del movimiento obrero".
Daer le envió también un mensaje a la CTA: "Han decidido que en algún momento van a volver a esta casa. Y les decimos que vamos a transitar la unidad en el marco institucional de esta casa, que cobija y tiene que cobijar a todas las organizaciones sindicales". Y agregó: "Nos sentimos parte del 11 de agosto y del 27 de octubre. No somos terceras personas, somos parte del gobierno que viene". Para cerrar el cónclave, Fernández y la plana mayor de la central obrera entonaron juntos la marcha peronista sobre el escenario.