China dio a conocer el miércoles nuevas medidas para tratar de evitar que los “portadores silenciosos” o asintomáticos del coronavirus causen una segunda oleada de infecciones, mientras el país informaba de otro aumento moderado de nuevos casos confirmados. China registró 63 nuevos casos confirmados el miércoles, en comparación con los 62 del día anterior, según dijo la Comisión Nacional de Salud del país. Del total, 61 fueron viajeros llegados del extranjero, con lo que el número total de casos confirmados en aquel país ascendió a 81.865. Si bien las nuevas infecciones han disminuido desde su pico de febrero, después de que China cerrara varias ciudades e impusiera estrictas restricciones a los viajes, las autoridades han pedido que se mantenga la vigilancia por temor a una nueva oleada de infecciones.
Además de poner freno a la afluencia de viajeros infectados procedentes del extranjero, la otra preocupación de Beijing es la gestión de las personas asintomáticas o portadoras del virus que no presentan síntomas clínicos como fiebre o tos. China comunicó 56 nuevos casos asintomáticos el miércoles, con lo que el número total de estos asciende a 657. El registro de tales contagios se inició el 1 de abril. El Consejo de Estado chino, o Gabinete, publicó las nuevas reglas para la gestión de los portadores asintomáticos del coronavirus, que algunos medios de comunicación estatales llaman “portadores silenciosos” del virus. En virtud de la normativa, las instituciones médicas deben informar de la detección de casos asintomáticos dentro de las dos horas siguientes a su descubrimiento. Los gobiernos locales deben entonces identificar todos los contactos cercanos conocidos del caso en un plazo de 24 horas.
Los pacientes asintomáticos estarán en cuarentena colectiva durante 14 días y se contarán como casos confirmados si empiezan a mostrar síntomas. Las personas que han tenido contacto cercano con ellos también deben ser puestas en cuarentena durante dos semanas. “Los pacientes asintomáticos son infecciosos y corren el riesgo de infectar a otros”, dicen las directrices publicadas en las últimas horas. “Deberíamos fortalecer el alcance de las pruebas y la vigilancia para pacientes asintomáticos y estandarizar el sistema de notificación de pacientes asintomáticos”. A principios de esta semana, apareció una nueva función en WeChat, la omnipresente plataforma para dispositivos móviles de Tencent, que permite que la gente compruebe si alguna vez se ha sentado en trenes y aviones cerca de un portador asintomático que más tarde se convirtió en un caso confirmado. Estas nuevas medidas se han introducido justo al mismo tiempo que se han levantado las restricciones a la salida de personas de Wuhan, capital de la provincia central de Hubei y epicentro del brote en China, tras el confinamiento y cierre de la ciudad de más de dos meses.
Wuhan, el epicentro y el temor
La ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes, quedó cerrada el 23 de enero, ante la evidencia de que los contagios comenzaban a rodar por el país y el mundo. El 7 de abril, mientras los casos seguían aumentando en Europa y los Estados Unidos, China -de acuerdo a los números oficiales- no registró siquiera una muerte por COVID-19 y sus 32 infecciones nuevas se detectaron en viajeros llegados desde el extranjero. Llegó entonces el momento de reabrir el 8 de abril, luego de 77 días, la localidad del caso cero.
Del mismo modo que la clausura fue caótica —a las 2 de la mañana se anunció que se impondría a las 10: en esas ocho horas más de cinco millones de personas escaparon de Wuhan—, la reapertura no se parece a la normalidad anterior. No tanto porque 55.000 personas tenían preparados sus pasajes para salir en los trenes de las primeras horas del 8 de abril, al mismo tiempo que se comenzaron a formar largas filas de automóviles en los peajes de las autopistas de salida de la ciudad.
Más bien se trata de una reapertura con gente traumatizada por haber vivido lo inimaginable, controles sin precedentes y reglas en constante cambio ante la posibilidad de una segunda ola de contagios impulsada por los portadores asintomáticos del SARS-CoV-2. “Los complejos de apartamentos conservarán el poder de volver a confinar a los residentes en sus casas si se encuentran o se sospecha que hay nuevas infecciones de virus en sus propiedades”, informó Bloomberg con un alto funcionario del Partido Comunista de Wuhan como fuente. “En los últimos días la ciudad endureció las restricciones en algunos edificios de viviendas y dijo que otras continuarán, luego de confirmar docenas de nuevos casos asintomáticos”, coincidió The Wall Street Journal (WSJ).
“Un medio oficial, Health Times, aseguró el lunes que podría haber entre 10.000 y 20.000 casos de este tipo en Wuhan. El informe fue rápidamente eliminado de internet”, denunció el periódico. Wuhan es el punto más afectado por el coronavirus en China: concentra el 61% de los casos identificados en el país y el 77% del total nacional de muertes. Por eso mismo, “liberarla de la cuarentena mientras la pandemia sigue avanzando a nivel mundial conlleva un riesgo significativo pero es un hito crucial para el relato del gobierno chino de su triunfo sobre esta enfermedad mortal”, opinó WSJ.