Por tercer mes consecutivo, el Índice de Confianza del Consumidor del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella disminuyó en abril, 3,2%, se ubicó en el menor nivel de los últimos 10 meses, y quedó 15,7% por debajo del valor que había había recibido el presidente Alberto Fernández al comienzo de su gestión el 10 de diciembre de 2019, pese a que en el equipo económico aseguran que la actividad ya superó todos los valores de precrisis por la pandemia de Covid-19, y el FMI dijo hace pocas semanas atrás que el PBI volvería a subir, un 4% en el promedio del año.
EL ÍNDICE DE CONFIANZA DEL CONSUMIDOR BAJA 3,2% EN ABRIL. Descarga el informe en: https://t.co/NiU7ZAZtFe pic.twitter.com/OcRNVwupWN
— CIF - UTDT (@CIF_UTDT) April 28, 2022
Semejante desconexión de la visión oficial de la macroeconomía y el pulso del humor social, que previamente se había manifestado en una nueva retracción del Índice de Confianza del Gobierno de la casa de altos estudios, se explica por el cuadro heterogéneo que se advierte en general, esto es sectores que mejoran, otros que persisten estancados, y algunos que no logran repuntar. Prueba de ese fenómeno fue la decisión de la Administración Central de reforzar los ingresos de gran parte de la población con bonos para los jubilados, y también para los trabajadores de casas particulares, monotributistas de bajos ingresos y los que se desempeñan en la informalidad que no llegan a reunir el equivalente a dos salarios mínimos.
Incluso en el segmento de los ocupados en la formalidad en relación de dependencia, que según el indicador de Remuneración Imponible para el Trabajador Estable (Ripte) subió 7,8% en marzo y acumuló un incremento de 18,1% en el trimestre -buena noticia para los jubilados porque representa la mitad de la fórmula previsional del próximo ajuste en junio-, el ingreso medio ascendió a $121.220 en valores brutos. Se trata de un nivel que se reduce a $100.612 de bolsillo, apenas un 12% por sobre el umbral de pobreza para una familia promedio integrada por 2 adultos y 2 menores.
De ahí que no sorprende que el CIF de la UTDT detectara sendas bajas de la confianza de los consumidores de 6,1% en el Gran Buenos Aires; y de 4,3% en el Interior, las cuales en su efecto sobre el índice general eclipsara el repunte de 7,9% que registró en el ámbito de la Capital Federal, en comparación con el mes previo.
En todos los casos, los índices fueron muy inferiores a los que se midieron al comienzo de la presidencia de Alberto Fernández: 2,7% en CABA; 17,6% el correspondiente a GBA y 19,3% de disminución en el resto del país, y denota la clara preocupación de la sociedad en su conjunto por la aceleración de la inflación mes, con tasas que anualizadas en perspectiva se afirman en el rango de los tres dígitos.
En cuanto al desempeño de los subíndices, en la comparación mensual, destaca el informe mensual de la UTDT, sobre la base del relevamiento de 1.202 casos de personas residentes en 41 aglomerados urbanos de todo el país por parte de Poliarquía Consultores, que en el caso de abril tuvo lugar entre el 31 de marzo y el 12 mes siguiente, previo a la suba de la cotización del dólar en el mercado local, “los comportamientos fueron heterogéneos, mientras que Situación Personal y Bienes Durables e Inmuebles mostraron variaciones negativas, Situación Macroeconómica acusó una variación positiva, siempre respecto al mes anterior.
Nuevamente, el acuerdo con el FMI sellado el 25 de marzo abrió una expectativa positiva de inicio de una etapa de corrección de los desequilibrios que afectan a las finanzas públicas, pero por el contrario, los anuncios de suba de tarifas, flexibilización de las tarifas y precios regulados, y la falta de una mejora de la calidad del empleo -suben más los independientes e informales, que los privados asalariados registrados-, no llegó a cambiar el mal humor y clima de confianza en el seno de las familas.
Así, la predisposición para la adquisición de electrodomésticos, casas y autos (Bienes durables e Inmuebles) bajó 13,4%, a tono con las dificultades que enfrentan esas industrias para proveerse de insumos, partes, y más aún de terminados, en el resto del mundo por el control de cambios y limitaciones que mantiene el Banco Central para el pago de importaciones. A nivel regional ese efecto se manifestó en sendos retrocesos de 17,1% en GBA y 15,3% en el Interior, en tanto virtualmente se estancó en CABA.
Agrega el análisis del CIF que “el componente que mide la percepción de los encuestados con respecto a su situación personal evaluada en comparación con el pasado (al corto plazo de un año) bajó 9,8%, y el componente que mide las expectativas de cómo será la situación hacia adelante (expectativas a un año) disminuyó 2,7%, siempre con respecto al mes pasado”, en línea con los análisis sofisticados que hacen las consultoras económicas privadas y los bancos de inversión del mundo que siguen de lejos la marcha de la Argentina.
En la desagregado del indicador por nivel educativo, al que toma “como aproximación al nivel de ingresos del individuo”, el ICC bajó en el mes 1,1% en el grupo de consumidores de nivel más alto, y 5,4% en el caso de los más bajos. Nuevamente, surgió un resultado dispar en el cotejo de los índices respecto de un año antes: se retrajo 1,9% en la primera franja, y repuntó 4,1% en la segunda.
Con ese escenario, y los anuncios de aumentos de precios en mayo, se prevé que la inflación se mantendrá otra vez por arriba del 4%, muy lejos de la meta que como máximo se fijo el ministro Martín Guzmán en el acuerdo con el FMI, en particular en el caso de la ropa de la nueva temporada otoño-invierno, que hacen prever la persistencia de muy bajos índices de confianza del consumidor.