El titular del Central, Miguel Pesce, les había adelantado por la tarde a los banqueros nucleados en Adeba la decisión respecto a los préstamos UVA: se optó por ir a un esquema gradual para recuperar el congelamiento que arrastraban los créditos hipotecarios desde agosto pasado. Aunque todavía falta la “letra chica”, desde las entidades recibieron positivamente las novedades. Básicamente porque se eligió no tocar el sistema de ajuste UVA, que implica que los préstamos otorgados con esta cláusula de ajuste se van ajustando según la inflación pasada más una tasa de interés.
Luego del congelamiento que decidió Mauricio Macri tras perder las PASO, en agosto del año pasado, hubo todo tipo de planteos sobre qué hacer con los préstamos hipotecarios ajustados por UVA. Algunas teorías, incluso surgidas dentro del actual oficialismo, sugerían que debía cambiarse la fórmula de indexación, planteando una suerte de sistema de ajuste que tuviera en cuenta no sólo la inflación sino también la evolución de los salarios. Sin embargo, al menos de acuerdo a lo informado hasta el momento, el ajuste seguirá funcionando exactamente igual a como lo hace actualmente.
La diferencia entre el aumento que debería haber tenido la cuota desde agosto y el congelamiento fue soportado por el Estado vía subsidios. Según cálculos del sector privado, esto habría costado hasta ahora unos $ 200 millones. Pero se trata de algo insostenible, teniendo en cuenta que semejante monto sólo beneficia a unos 100.000 deudores UVA. Por eso, ahora se irá ajustando gradualmente ese 26% que no se indexó desde agosto hasta fin de año. En el primer mes, por ejemplo, será “sólo” un 6% y luego seguirá incorporándose ese monto adicional a la cuota hasta fin de 2020. MIentras tanto, también irá impactando la inflación mensual que se registre, tal como venía sucediendo hasta ahora.
Al hablarse de un “esfuerzo compartido” entre deudor y bancos se supone lo siguiente: quienes tomaron el préstamo deberán asumir lentamente el costo del ajuste de las cuotas. Y los bancos tendrían que hacerse cargo en los próximos meses por lo que no estarían cobrando por el ajuste UVA que se va incorporando con el correr de los meses. Si el sistema funciona correctamente, se supone que dentro de un año ya no habrá ajustes adicionales por realizar y por lo tanto nada que compensar. Por supuesto las organizaciones que agrupan a los deudores UVA manifestaron su bronca en redes sociales desde que se conoció la noticia. Ellos pedían que se congelen las cuotas, pero sobre todo que se elimine la cláusula de ajuste con la que originalmente tomaron el préstamo. Esto sin embargo no ocurrió.
En realidad, el ajuste UVA no es otra cosa que lo que viene aplicando Chile con las Unidades de Fomento hace más de treinta años y en forma exitosa. ¿Por qué el sistema tuvo complicaciones en la Argentina? Sencillamente porque la inflación a partir de 2018 se aceleró y le ganó con amplitud a la suba de los salarios. Esto provocó que muchos deudores tuvieran que dedicar altos porcentajes de sus ingresos al pago de la cuota hipotecaria. Ahora, contemplando estos casos, se planteó un límite para los endeudados en UVA: los pagos de la cuota no podrán superar un 35% de sus ingresos mensuales. En esos casos, habrá que buscar una solución especial entre los propios bancos y los deudores, pero se supone que sería estirando el plazo del préstamo.