El rugby no está acostumbrado a jugar con calor (la actividad se paraliza durante el verano en los Hemisferios Sur y Norte). Mucho menos con fenómenos naturales. La Copa del Mundo que se está desarrollando en Japón es la excepción. La temperatura por momentos es agobiante y ahora se está agregando algo que en parte se esperaba: un tifón, el número 18, que está avanzando sobre este país y que podría afectar el encuentro del miércoles en Fukuoka, al norte, entre Francia y los Estados Unidos, por el Grupo C, el mismo que integran Inglaterra, la Argentina y Tonga. Si un hecho de este tipo impide la realización de un encuentro, el mismo queda con un resultado de empate. O sea, no se posterga; no se juega y se dividen los puntos.
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Está claro que Francia es amplio favorito ante los estadounidenses y que si el partido no se disputa será perjudicado y, en consecuencia, beneficiados argentinos e ingleses, sobre todo los Pumas. Pero más allá de lo que pase, lo cierto es que el seleccionado dirigido por Mario Ledesma debe ganarle a los inventores del rugby para tener posibilidades de avanzar a los cuartos de final. El objetivo para el test del sábado en el Tokyo Stadium -a las 17, las 5 de la Argentina- ya está en marcha con la llegada de hoy del plantel a la capital japonesa. "Es una final", vuelven a decir todos, emitiendo idéntico mensaje a las horas previas a Francia. Ahora sí es una final en una primera rueda. Si no sale triunfador habrá eliminación con un encuentro aún por afrontar (Estados Unidos, el miércoles 9).
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