Mauricio Macri reaccionó ayer con dureza contra los gremios que participaron de la protesta y ordenó echar a dos funcionarios que habían llegado al Poder Ejecutivo gracias a su sintonía con sectores de la CGT. Los desplazados fueron el viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor, y el superintendente de Servicios de Salud, Luis Alberto Scervino, que tenía el control de las obras sociales , según confirmaron ayer fuentes oficiales.
Scervino estaba estrechamente ligado al dirigente sindical José Luis Lingeri, que estuvo ayer arriba del escenario en el acto de la Plaza de Mayo. En la Casa Rosada admitieron anoche que las medidas fueron producto del disgusto de Macri por el doble juego de algunos sectores gremiales, que apoyaron la protesta pero son parte del Gobierno. De este modo, endureció bruscamente su relación con los sindicatos.
Scervino tenía a su cargo el manejo de una caja destinada a "disciplinar a la dirigencia sindical", a través del Fondo Solidario de Redistribución, que se encarga de reintegrar a unas 300 obras sociales sindicales el dinero que asignan a tratamientos de alta complejidad o medicamentos costosos. El fondo acumula unos 30 mil millones de pesos. Sabor, a su vez, había acompañado al oficialismo como funcionario porteño, antes de desembarcar junto a Jorge Triaca en el Ministerio de Trabajo.
"Me resulta un poco incomprensible porque hace 15 meses que asumí y mi rol es técnico, yo no soy ni dirigente político, ni dirigente sindical, tengo 40 años de médico y la mitad de mi carrera me dediqué al estudio de la seguridad social", expresó Scervino, quien negó ser "militante sindical" y completó: "A mí no me puso [José Luis] Ligieri, me puso el ministro de Salud y estoy satisfecho con el trabajo que hice... fue por culpa de la marcha de la CGT".
Los reemplazos de Scervino y de Sabor, a quien se lo asocia con Luis Barrionuevo (Gatronómicos) y Hugo Moyano(Camioneros), demuestran la tensión que guía hoy la la relación entre la Casa Rosada y la CGT.
A cargo de la SSS, el organismo que administra los millones de pesos de las obras sociales sindicales, quedará Sandro Taricco, hasta ayer el gerente general. Taricco es un hombre de confianza del ministro de Trabajo, Jorge Triaca , y tiene línea directa con Graciela Ocaña desde la época que la actual legisladora porteña, ahora candidata de Cambiemos, dirrigía el PAMI.
El ex director nacional de Asociaciones Sindicales Horacio Pitrau reemplazará a Sabor. Pitrau, considerado mano derecha de Triaca en sus negociaciones con los gremios, es un abogado que tuvo un rol clave en abril, cuando se concretó el primer paro general que activó la CGT. El mismo día de la huelga publicó en el Boletín Oficial una serie de recomendaciones para transparentar las elecciones gremiales, incorporando el voto electrónico, dar cumplimiento a la ley del cupo femenino del 30% y rechazar que dirigentes que estén "inhibidos penal o civilmente" integren las listas electorales de los gremios. Fue por entonces una sutil advertencia.