Funcionarios del gobierno nacional propusieron en el Consejo Federal de Educación que, al igual que en 2020, todos los alumnos sean promovidos al nivel siguiente, sin “repitencia”, debido a la continuidad de la pandemia y el cierre de las escuelas que se registró en la primera mitad del año y que se estima que persistirá en el siguiente semestre.
El planteo, que ocurrió el martes en el encuentro que celebraron los ministros de las 24 jurisdicciones y el Ministerio de Nación, que encabeza Nicolás Trotta, generó sorpresa y en algunas provincias cierto malestar, pero no hubo un impacto en la agenda política. De hecho, el funcionario de la Casa Rosada confirmó la idea en televisión y, un día después, el miércoles, su colega porteña, Soledad Acuña lo rechazó de manera enfática en el mismo escenario público.
Lo cierto es que en el encuentro nacional, la secretaria de Educación, Marisa Díaz, propuso extender un año más la actual “unidad pedagógica” del 2020 y el 2021. En medio de la pandemia, con colegios cerrados y toda la actividad escolar alterada, se había definido que todos los alumnos pasaran al grado o al año siguiente, sin que las evaluaciones obligatorias acreditaran conocimientos mínimos para la promoción. Ahora, se sugirió que ese mecanismo podría repetirse.
A esa posibilidad se refirió ayer por la noche Trotta, de volver a ir hacia una “promoción acompañada”: “Estamos poniendo el foco en la repitencia. ¿Qué estamos planteando nosotros en la excepcionalidad de la pandemia? No hay promoción automática. Los aprendizajes que quedaron pendientes hay que reorganizarlos con la propuesta de este año.
Intensificar los aprendizajes no se traduce en ver lo mismo más rápido, es una propuesta pedagógica distinta, que tiene que garantizar esos aprendizajes con una propuesta distinta en cuanto a los contenidos”, señaló en diálogo con TN.
En la misma línea, agregó: “Por supuesto es difícil la situación que estamos transitando y que nuestro sistema educativo tenía enormes dificultades previo a la pandemia. Y tenemos que analizar no solo este año y medio de complejidad sino los 14 años de educación obligatoria”.
A diferencia del año pasado, donde casi todo el país cursó el ciclo lectivo completo a distancia, 2021 sí permitió mayor presencialidad en las aulas. La asistencia es muy dispar entre los distritos. La Ciudad de Buenos Aires, a excepción de la semana de confinamiento estricto, pudo sostener las escuelas abiertas. La provincia de Buenos Aires suspendió las clases presenciales durante dos meses y desde el miércoles retomó el vínculo presencial.
En el interior, algunas provincias como Formosa y Santa Cruz, prácticamente no tuvieron presencialidad este año, mientras que otras como Mendoza o Jujuy continúan con clases en las aulas.
Ante ese panorama dispar, ya surgieron voces contrarias a la idea de Nación. Una de ellas fue Soledad Acuña, ministra de Educación de CABA, quien cuestionó la idea de volver a establecer unidades pedagógicas. “Sí se considera nuevamente como un ciclo, lo que se está diciendo es que no habría repitencia, que todos los chicos pasan igual.
Para poder tomar esa decisión se tiene que votar en el Consejo Federal Educativo, no es una decisión que puede tomar de manera unilateral el ministro Trotta”, señaló.
“Nosotros a priori, y a otros provincias que también lo manifestaron, no estamos de acuerdo con esto. Ya no solo no evaluamos, sino tampoco consideramos ni les decimos a los chicos lo que necesitan aprender, da lo mismo. El año pasado tenía sentido porque no tuvieron presencialidad ninguno de los chicos de la Argentina y veníamos de un año muy particular”, planteó Acuña.
La titular de la cartera porteña aludió al desgano que se generó entre los estudiantes cuando se conoció la noticia, allá por mediados de 2020, de que no habría repitencia. “Los chicos dejaron de conectarse a los zoom, los chicos dejaron de estudiar, porque total pasaban. Es un desincentivo absoluto para los chicos para seguir estudiando, porque total no hay consecuencias. Estudio o no estudio, da lo mismo paso de año o paso de grado”, indicó.
A principios del ciclo lectivo, la Ciudad de Buenos Aires emitió dos resoluciones en las que consignó el regreso de las tradicionales evaluaciones y cierres de trimestres. Al igual que en un año normal, los chicos deben aprobar con al menos un 6 sus materias para acreditarlas y pasar de grado con un máximo de dos asignaturas pendientes.
Si bien la idea de la unidad pedagógica 2020-2022 aún es incipiente, ya se empieza a delinear un nuevo foco de conflicto entre las administraciones nacional y porteña, a solo un par de días de la polémica por la interrupción de las Pruebas Aprender. Tal como sucedió con la suspensión de las clases presenciales, es posible que reaparezcan estrategias diferentes y que la Ciudad tome su propio camino.