Un olor fuerte y nauseabundo alertó a cientos de vecinos en la Ciudad, que comenzaron a denunciarlo ante Defensa Civil y en las redes sociales. Incluso, en barrios como Parque Patricios y Constitución, se vio a gente taparse la boca con las manos con las prendas que llevaban puestas. Este viernes al mediodía se supo que la responsabilidad fue de la fábrica, que queda en la calle Otamendi 1220, en Valentín Alsina y se dedica a la producción de subproductos ganaderos, refinación de aceites, grasas y margarinas. Según confirmaron fuentes del municipio de Lanús, ya se ordenó la clausura preventiva del establecimiento.
Las seberías son fábricas que usan vísceras y huesos de animales para producir, entre otras cosas, una parte del jabón. Para estar en regla, deben tener buenos filtros y no acopiar material, ya que si falla uno de estos dos factores, se producen emanaciones como la de este viernes. Según explicaron fuentes del municipio de Lanús, se está investigando cuál de las dos cosas falló en este caso. También informaron que la fábrica que se supone que emanó el olor tiene las instalaciones en regla. Una de las hipótesis que manejan es que el olor puede haber surgido por un problema de acopio durante la noche. Y aclararon que la clausura es preventiva y que la medida final se tomará junto el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS).
Al respecto, Diego Kravetz, jefe de Gabinete del municipio de Lanús, explicó que desde que comenzó la gestión del intendente Néstor Grindetti en el distrito intimaron a todas las industrias de este tipo para que se adapten a las regulaciones. "Las que no se regularizaron las clausuramos, y las que funcionan cumplen con las normas". Según los reportes, es un olor "similar a carne en descomposición y es más intenso en la zona del Riachuelo. Otros lo comparaban con el olor que se sentía en la General Paz y la avenida Crovara, en donde estaba la fábrica de Jabón Federal.
La condición meteorológica favoreció la concentración del mal olor, según explicó Matías Bertolotti, meteorólogo de TN, y agregó: "La temperatura del aire en superficie, que en la Ciudad llegó a 9° y en zonas más alejadas a 5°, fue más baja que 20 o 30 metros más arriba. Eso hizo que el aire no se mezcle, que se produjera una especie de tapón, y que el mal olor no se disipara". Según Bertolotti, el aumento de la temperatura, que a las 10 era de 17.8° ya había provocado que el olor se fuera disipando en distintos barrios. "Y a medida que avance el día va a dejar de sentirse", agregó.
"Tuvimos varios llamados desde temprano. Eso implicó que enviáramos nuestros móviles a recorrer barrios como Parque Patricios, Pompeya o Barracas", dijo Raúl Garnica, director de Defensa Civil de la Ciudad, y agregó: "Nos comunicamos con organismos de Lanús y confirman que tienen un inconveniente con una jabonera de la parte sur". Garnica también explicó que "debido a la inversión térmica, y a que casi no hay viento, el olor quedó estacando en la Ciudad". Además, afirmó que les informaron que ya se interrumpió el trabajo de las chimeneas. "Estamos recibiendo muchos llamados porque es una situación inusual, pero no es para preocuparse, ya que no afecta la salud".
Los comentarios y las denuncias de los vecinos a través de las redes sociales comenzaron a verse desde temprano a la madrugada. Incluso hubo relatos de gente que en algunos barrios comenzá a revisar los contenedores de basura para determinar de dónde provenía el olor a podrido. En otros barrios, como Caballito o Flores, vecinos reportaron que el olor salía de las alcantarillas. Según los expertos, más allá de las emanaciones de las fábricas y seberías de Valentín Alsina, el efecto meteorológico también potenció todos los olores habituales que hay en la Ciudad, que incluyen las cloacas y los cursos de agua contaminados, como el Riachuelo.