Los candidatos para las próximas elecciones del 13 de agosto son los invitados en un flamante segmento de entrevistas, con personalidades de la política argentina, que ya tiene su segunda emisión en la señal de streaming República Z.
El ciclo En Confianza, que comenzó la semana pasada con una charla en profundidad con el precandidato liberal para jefe de Gobierno de Ciudad, el legislador Ramiro Marra, en esta oportunidad tuvo como entrevistado al alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, para abordar un ida y vuelta más humano, por fuera de los cánones de los cuestionarios políticos.
Conducida por la influencer Mai Pistiner una entrevista descontracturada, en donde el hombre se impone al político para conocerlo un poco más a nivel humano y uno de sus pilares es su libro preferido, Los cuatro acuerdos del doctor Miguel Ruiz: “Hay que releerlo una vez por año, lo leés en una noche, vivirlos, es otra cosa”, dijo mientras enumera las cualidades de la obra.
“La impecabilidad de las palabras, no tomarte nada personal, no prejuzgar, no criticar a la gente, no emitir palabras de odio y de cada situación, hacé lo mejor que puedas”, se explaya mientras recuerda cómo empezó “la peor matanza en la historia de la Humanidad”: la Segunda Guerra Mundial. “Empezó con un loco, muy verborrágico, en las cantinas de las cervecerías de Munich y convenció a los alemanes de ir a la guerra: Hitler, la palabra llevó a un pueblo a la guerra”, justificó el mandamás porteño.
El raid diario del alcalde porteño, con una “campaña intensa”, según él mismo define, fue otro disparador de la charla acerca de las consecuencias del desgaste físico y mental que le conlleva: los períodos de sueño, el descanso del político durante estas ajetreadas jornadas preelectorales. “Estoy durmiendo bien pero poco, unas cinco horas y media por día, no está bueno”, se sincera haciendo un no con la cabeza. Y profundiza: “Trato de recuperar los sábados que intento dormir 10 horas pero no puedo ni eso, llego a la cama y me desmayo, no me cuesta dormirme: me acuesto tipo 12 y media y suena el despertador 6:15″.
Quince minutos después, al alcalde porteño se lo puede ver saliendo a correr mientras escucha radio o algún podcast. Para irse mentalizando con su meta política, oye un podcast titulado La banda presidencial sobre la historia de los jefes de Estado argentinos a través de los tiempos. “Si me preguntan si tengo un minuto para charlar, le digo: ´dale, vamos a correr´, estoy bien entrenado para correr hablando”, mientras desgrana su jornada aeróbica ideal con 20 minutos de trote, una hora de gimnasio y 45 minutos de natación. “Eso me genera adrenalina, me pone más energético”, dice sin dejar de ver su celular ubicado fuera de cuadro.
“Adrenalina“, Ese es el motor que, según él, lo mueve para el trajinar laboral diario. “Tengo una energía infinita, tomo seis café por día y no tengo acidez estomacal”, mientras reconoce que en ningún momento se arrepiente de “haberse metido en esto”. “No hay nada mejor que tener una vocación, te ordena y te guía”, sostiene con fervor.
Un bife o una rica provoleta, es lo mismo para el referente de Juntos por el Cambio a la hora de saciar el paladar. “Como de todo”, reconoce y asume su debilidad gastronómica a base de dulce de leche: “Un panqueque, me muero, también un volcán o una torta rogel”. Y se “indigna”: “No entiendo que haya gente que coma postre sin dulce de leche, no lo entiendo”, afirma con sorna mientras reconoce que consume solo “las calorías que valen la pena, que se disfruten, no boludeces”.
Su disciplina en los horarios, comidas y ejercicio lleva a la pregunta obligada acerca de las “vías de escape” a la que Rodríguez Larreta minimiza: “Solo un vaso de vino los fines de semana”, dice con semblante sacerdotal.
Infancia política y ejemplo estudiantil
Los comienzos en este mundo de Rodríguez Larreta se abordó durante la entrevista y contó que lo afectó la separación de sus padres cuando tenía tan solo 7 años. “Seguramente me dejó marcado, nos quedamos viviendo con mi viejo, mi mamá se fue [luego hizo pareja con un director de teatro]. Y agregó: “De chico tuve mucha presencia de mi abuela paterna como así también de la señora que trabajaba en casa, nos criaron mucho ellos” y reconoce que no le quedó ningún tipo de resentimiento por la decisión maternal de irse del nido familiar. “La veo todos los días, la amo, hago vacaciones con ella y una vez por semana comemos juntos”, afirma.
¿Qué visión de Argentina te inculcaron de chiquito en tu casa? inquirió Pistiner. “La pasión por la política, mi viejo [Horacio] era muy politiquero [de la línea desarrollista, ex presidente de Racing] y había reuniones de política todos los días en casa y yo dando vueltas por ahí, escuchando, con 5 años, a veces venía el presidente Frondizi a visitarnos”, rememora.
Luego llegó el momento de la Escuela Argentina Modelo, institución que vio pasar al Larreta estudiante. “Era un alumno perfecto, medalla de oro siempre, capitán del equipo de fútbol, de la olimpíada, siempre muy organizador, líder”, se ufana y reconoce que le hubiese gustado ser futbolista. “Pero no me dio, me corté lo dos tendones de Aquiles, antes jugaba torneos y además viajaba al exterior”.
“Soy cero carismático”, dice y sorprende a la entrevistadora para luego redoblar en el plano íntimo: “Con las mujeres era el antihéroe total” y con respecto a su fisonomía toca un tema que fue producto de memes. “Siempre fui muy peludo, muy y a veces me joden con eso, se notaba en la playa”, reconoce con cierto fastidio y luego pone cara de espanto cuando le nombran “depilación definitiva”. “Me daría tanto pánico el dolor, me sacan la curita luego de una extracción de sangre y me muero”, dice y se agarra la cabeza al recordar cada vez que se hace una ergometría y le despegan del pecho los electrodos adhesivos. “Una semana antes ya estoy con miedo de que me lo tengo que hacer”, afirma.
La calvicie (”hoy me jode cero que me digan pelado aunque a los 25, 27 años la peleé un poco”) mientras chequea en su celular que su hija le mandó una foto de su apariencia capilar cuando tenía 33 años [hoy tiene 57] y se lo ve casi desconocido.
Una de las preguntas picantes de la nota fue cuando el alcalde porteño tuvo que elegir entre un supuesto novio para Manuela, su hija mayor: ¿de Independiente o de La Cámpora? “El novio que tiene ahora no es futbolero y no le gusta la política”, responde por la tangente. “¡Que pregunta jodida me hacés!”, dice y frunce el ceño. “No aceptaría ninguno de los dos”, reconoce y lanza la primera risa completa de la entrevista.
“Me escribe, me manda audios y como 500 stickers”, revela acerca de Serena, su hija menor de 7 años y además asegura que no le gustan los grupos de WhatsApp multitudinarios. “Solo estoy en los estrictamente de laburo y cuando son muy grandes no me meto”, reconoce. Y sorprende: “Puedo estar dos horas sin ver el celular, yo era chico y no había teléfonos y no pasaba nada, es más, puedo pasar días sin mirar las redes sociales, soy cero cholulo”, justifica el funcionario opositor.
Anécdotas sobre los “mangazos” por su posición económica (como entradas para Taylor Swift), y su “definición de vida” en que “no hay plan B” con respecto al año electoral que se atraviesa, son algunas de las perlas de la entrevista. “No existe el plan B, cuando ya lo planteaste pasa a ser el plan A, yo vivo así”, es una de sus máximas vitales. “Si vos disfrutás el proceso, el camino, después si llegás o no es lo menos importante”, justificó y, en un rapto de ansiedad dijo: “Yo quiero ser presidente desde los cinco años, eso no me lo preguntaste”, lo que generó las risas de Mai.
Adentrándose en el tono electora, el jefe de Gobierno de la Ciudad reconoce que a las hijas le genera contradicción su postulación presidencial. “No les gusta la sobreexposición para nada, ir a comer a lugares muy públicos”. ¿Y tu hija más chiquita te pregunta sobre esto, entiende?”, interrogó Pistiner. “Olvidate, me está torturando preguntandome cómo es el tema de las PASO si el candidato del partido de Juntos por el Cambio, es un adulto”, sorprende Larreta y comenta su rutina con Serena de llevarla a tomar el té o comer chipá.
Las cinco preguntas de la gente
¿Por qué dice que va a terminar con los piquetes y por qué no lo hace ahora siendo jefe de Gobierno porteño? “Para eso, necesitás estar en el Gobierno nacional”, resumió, y esgrimió el “sacar los intermediarios que hay en los planes sociales”, potestad que no tiene como alcalde.
Una de las polémicas llegó con la pregunta “¿qué pasó con lo de la Fanta?”, rememorando el mediático episodio sucedido con una encuesta presencial entre habitantes de La Matanza, en donde cada persona que tenía una botellita en su mano de la bebida naranja respondió que iba a sufragar por Rodríguez Larreta. “Nunca supe si fue uno para joderme o alguno que pensó que podía ayudarme mandando así a la gente, nunca se supo quien los mandó, quedó ahí, ni idea”. Y completó: “Apenas me enteré llamé para averiguar quién los mandó y nadie sabía, entonces sospecho que fue uno de la contra, pero nadie apareció”, cierra con un gesto de duda.
¿Qué vas a hacer distinto a Macri para bajar la inflación?
“La pregunta del millón es cómo, necesitamos gente en el Gobierno que tenga experiencia, más que ideas se necesita gestión, llevarlas a la práctica, los hechos concretos”.
¿Qué harías con el cepo?
“Hay que sacarlo, no el primer día, eso sería una locura, quedarían cero dólares en el Banco Central, ¿y qué podría pasar? se te va el dólar a 5000 o 6000 pesos y de un saque tenés entre 15% y 20% más de pobres en Argentina”.
Cerrando la entrevista, en cuanto a serie o programa televisión preferido, Rodríguez Larreta hace memoria y dice que vio La diplomática “hace meses” y reconoce que no ve Gran Hermano. “A Alfa lo conozco solo por la popularidad que tiene”, y le gustaría ver la serie de cómo la Selección Argentina ganó el Mundial de Qatar.