Los participantes de la reunión se enteraron del fuerte aumento del número de contagios mientras promediaba el encuentro. “Es un número alto, preocupa”, avisó el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, que salió por dos minutos del Salón de las Mujeres Argentinas para ir al baño, pasadas las 7 y media de la tarde. El reporte oficial de este jueves fue récord: 648 nuevos casos positivos de coronavirus, de los cuales 379 pertenecen a la Ciudad y 213 a la Provincia. Desde un rato después de las 18, y por casi dos horas, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, reunió en el primer piso de la Casa Rosada a sus pares de Ciudad y Provincia y a los ministros nacionales, porteños y bonaerenses de Salud, Transporte y Seguridad para empezar a ultimar detalles de la extensión del aislamiento que Alberto Fernández anunciará este sábado con foco en tres ejes: un ajuste muchísimo más estricto en el transporte público del AMBA, que desde la semana próxima quedará acotado solo para trabajadores esenciales, un control epidemiológico más férreo en los barrios populares y la decisión de no habilitar ninguna nueva actividad.
Es más, según pudo saber este medio, la provincia de Buenos Aires definirá por estas horas que dará marcha atrás en la habilitación de algunos rubros a los que había empezado a darles luz verde en algunos distritos, como la construcción privada o el personal doméstico, cuyos protocolos se terminaban de ultimar. Así lo confirmaron participantes del encuentro, que se prolongó por casi dos horas y que fue una continuidad técnica del cónclave político que tuvo lugar este miércoles hasta entrada la noche en Olivos, encabezado por el Presidente, Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, una cumbre que sirvió para aflojar las tensiones entre el gobernador y el jefe de Gobierno. Kicillof incluso se permitió bromear en varios pasajes. “Justo me dieron una amarilla”, rió, por ejemplo, cuando le pasaron un bolígrafo de ese color que identifica al PRO.
Cómo publicó ayer este medio, la clave de la nueva extensión del aislamiento, decretado por primera vez hace dos meses -el jueves 19 de marzo-, tendrá su epicentro en el transporte público y los barrios humildes, que en las últimas semanas se convirtieron en el foco del virus, en especial en la Ciudad: 235 de los 379 nuevos casos porteños radican en las villas. De esos 235, 114 son del Barrio 31. Y 29 de la 11.11.14. Kicillof ya había adelantado en la semana que no estaba convencido del nivel de apertura de actividades en territorio porteño porque, según subrayó, provoca una mayor afluencia de bonaerenses a la Ciudad. “Si en la Ciudad van a abrir los comercios, que no vaya a trabajar la gente de la provincia de Buenos Aires”, resaltó.
A la discusión en torno al transporte público, principal foco infeccioso, se sumó además en los últimos días la concentración de casos en los asentamientos de la Ciudad, según las autoridades locales explicado por mayores testeos y mayor densidad poblacional. Ayer, de todos modos, el ministro de Salud, Ginés González García, había criticado los operativos en el Barrio 31, que lidera el ranking de casos positivos en la Ciudad. “Faltó un sistema de vigilancia que detectara más rápido lo que pasaba”, subrayó en diálogo con este medio. Habló de un “nuevo matiz” en los barrios carenciados para la próxima etapa del aislamiento. En rigor, se refería a mayores testeos y registros poblacionales a través del programa Detectar, bajo la órbita nacional.
Pasadas las 18, en el primer piso de Casa Rosada, Cafiero avanzó en la discusión en torno a la prórroga de la cuarentena en el AMBA con Diego Santilli, vicejefe de Gobierno, Felipe Miguel y Carlos Bianco, sus pares de Ciudad y Provincia; los ministros Quirós, Juan José Méndez y María Migliore, de Salud, Transporte y Desarrollo Humano, respectivamente, del Gobierno porteño; Sergio Berni, Daniel Gollán y Alejo Supply, de Seguridad, Salud y Transporte, respectivamente, de la Provincia. González García, Carla Vizzotti, Mario Meoni y Sabina Fréderic acompañaron a Cafiero por parte del Gobierno. Si bien resta la confirmación final, fuentes de las tres administraciones confiaron a Infobae que, para la nueva etapa de la cuarentena, se procederá en un “ajuste” -"mucho ajuste", subrayó enfático un alto funcionario a la salida del encuentro- en el transporte público del área metropolitana, es decir, colectivos y trenes, que solo quedará reservado para trabajadores esenciales, como médicos o integrantes de las fuerzas de seguridad.
Los trabajadores exceptuados en las últimas semanas que quieran pasar de la Provincia a la Ciudad deberán hacerlo en transportes particulares. “Un trabajador que vive en Almirante Brown y que trabaja en una juguetería -rubro exceptuado en la última prórroga de la cuarentena- de Belgrano, ¿va a poder usar el transporte público a partir de la semana próxima?”, preguntó este medio a modo de ejemplo a dos ministros, en el primer piso de Casa Rosada. “No”, contestaron. En la planta baja, Vilma Ibarra, clave para el aval legal de la cuarentena, recibía mientras tanto saludos de cumpleaños de sus colaboradores.
Según información oficial en base al sistema SUBE, el número de pasajeros que viajaron desde el Gran Buenos Aires a la Ciudad durante los últimos días, con mayores actividades exceptuadas, fue de 110.000: un 11% de un total de alrededor de 1 millón de personas que viajó esta semana en trenes o colectivos del AMBA. En la primera semana de abril, habían sido 75.000. El cambio, para las autoridades porteñas, no es sustancial. Habrá, de todos modos, un control mucho más estricto de las fuerzas de seguridad en el cambio de jurisdicción, que en las últimas semanas se realizó de forma casi aleatoria. Por eso se explica las presencia de Berni y de Fréderic. El objetivo es desalentar al máximo el uso del transporte público y acotarlo solo a rubros esenciales.
Las tres administraciones se encaminan, por caso, a una revisión de los permisos de circulación. De los 9,2 millones emitidos en todo el país, poco más de 4 millones corresponden a la Provincia, y algo más de 900.000 a la Ciudad. En el caso de los trenes, se expenderá la venta de viajes con anticipación. No habrá, en ese sentido, nuevas actividades exceptuadas a partir del lunes. Sí seguirían en pie las salidas espaciadas de menores en la Ciudad y la posibilidad de que puedan acompañar a los adultos a comercios de proximidad en la Provincia. “Eso no trajo complicaciones”, explicaron ministros de uno y otro distrito. Hoy, el jefe de Estado tiene agendado reunirse con el comité de expertos que lo asesora desde mediados de marzo y anunciar el sábado la extensión del aislamiento por las próximas dos semanas, sin avances en el área metropolitana.
No habrá, por lo pronto, teleconferencia con todos los gobernadores. Sí se planea una comunicación virtual con los mandatarios que registran mayor circulación del virus, como Buenos Aires, la Ciudad, Chaco, Córdoba y Santa Fe. “No tiene sentido hablar con Catamarca”, explicó esta noche una alta fuente oficial en alusión a la provincia que, junto a Formosa, nunca registró en forma oficial un solo caso de coronavirus. El anuncio del sábado tendrá, en esa línea, la misma impronta del área metropolitana que hace dos fines de semana: Alberto Fernández volverá a sentarse junto a Kicillof y Rodríguez Larreta. Trabajan en la comunicación de un relato “más duro” que el de la última vez. Es decir, machacar, con más énfasis, en la necesidad de cumplir con el aislamiento. En momentos en que la famosa curva de contagios empieza a asomar.