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Cada vez son más los consumidores conscientes, minuciosos lectores de etiquetas con reglas claras y exigentes acerca de cómo y qué productos elegir para el cuidado del cuerpo. Entre los reclamos de este público que comienza a pisar fuerte en el mundo, está la búsqueda de marcas honestas que adhieran a principios como el cruelty y gluten free, y con una propuesta hacia una vida sana y en equilibrio.
Si bien el ayurveda es una ciencia milenaria, llega aquí y ahora a satisfacer esta demanda que dejó de ser una petición exclusiva de la región en la que nació hace más de 5 mil años en India. Ayurveda es un término en sánscrito que significa “ciencia de vida”: A diferencia de la medicina occidental convencional, el Ayurveda trata la causa del desequilibrio en nuestro cuerpo y no solo sus síntomas. Es decir, genera tratamientos que se adaptan a las necesidades individuales de cada persona para balancear los verdaderos causantes de la patología.
El avance en la investigación sobre los beneficios del ayurveda y el interés del público por las culturas ancestrales, rescata la esencia de esta medicina que está aprobada por OMS y gana cada vez más adeptos. El Ayurveda respecto a la belleza sigue la misma línea de pensamiento: une cuerpo, mente y espíritu en equilibro para lograr una belleza profunda. La belleza es bienestar, por lo que para vernos bien debemos sentirnos bien. Tal es así que el Primer Ministro de la India, Narendra Modi, recomendó en el inicio de esta Pandemia que utilicemos herramientas como la meditación, el descanso y la alimentación sana como bastiones para fortalecer el sistema inmune y poder hacer frente a este contexto.
En este sentido, el Ayurveda ve el mundo a la luz de tres principios constitucionales o Doshas: Vata, Pitta y Kapha. Cada persona tiene una constitución ayurvédica que es específica, (aunque también tiene parte de las otras, una es la preponderante): Es clave conocer qué elemento está aumentado en un momento determinado para una persona, con el objetivo de hacer elecciones más conscientes desde la alimentación y el ejercicio físico hasta incluso en la compra de productos cosméticos y para la higiene.
Es innegable que el rol del consumidor ha cambiado y el ayurveda vino a dar respuestas en varios ámbitos, incluso en la cosmética, con el desarrollo de productos en base a elementos naturales originarios de la India como la cúrcuma y el neem, libres de parabenos, libres de crueldad animal y gluten, pensados desde una lógica y mirada integral del cuerpo, elaborados por personas que meditan durante su jornada laboral y orientada a reforzar los aprendizajes que nos dejará el mundo post pandemia.