El Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez obtuvo una victoria histórica en España, donde podría gobernar sin necesidad del apoyo de los independentistas catalanes, pese a la fuerte irrupción de los ultraderechistas de Vox, que fragmentó y hundió al conservador Partido Popular (PP).
Con 29% de los votos y 122 diputados, los socialistas se convierten en la primera fuerza política y tienen al alcance de la mano mantenerse en La Moncloa por medio de un pacto con los izquierdistas de Unidas Podemos, partidos minoritarios y la abstención de los secesionistas catalanes. "Hemos mandado un mensaje a Europa y al resto del mundo; se puede ganar al autoritarismo y a la involución", dijo Sánchez.
Los seguidores del PSOE celebraron entre gritos de "¡No pasarán!" (antifascistas) y "¡Si se puede!", identicado con los indignados y los izquierdistas de Podemos. Sánchez dijo que desde sus ideas progresistas iba a tender la mano a "todas las fuerzas" políticas siempre que "respeten la Constitución y quieran avanzar hacia la justicia social y luchar contra la corrupción".