El presidente Javier Milei volvió a llamar hoy “corrupto y comunista” al brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva y se negó a pedirle disculpas, como había exigido el líder del PT por sus dichos: “¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad?”, aseguró.
“Las cosas que yo dije encima son ciertas. ¿Cuáles son los problemas? ¿Que le dije corrupto? ¿Y acaso no fue preso por corrupto? ¿Y qué le dije, comunista? ¿Y acaso no es comunista? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad? ¿O estamos tan enfermos de corrección política que a la izquierda no se le puede decir nada, aún cuando sea verdad?”, manifestó el primer mandatario argentino, en una entrevista.
La reacción de Milei responde a los dichos previos que tuvo el presidente Lula, quien en un diálogo periodístico explicó por qué durante el encuentro del G7 en Italia lo evitó en todo momento y no se hablaron: “No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Sólo quiero que él pida disculpas. Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para Argentina. No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina”.
Al ser consultado por el periodista Antonio Laje, en el canal LN+, sobre esas palabras, Milei redobló su postura y comparó sus dichos y reclamos de disculpas con las que plantearon el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el jefe del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez. Con ambos tuvo el líder libertario argentino choques políticos personales que derivaron en conflictos diplomático.
“Es una discusión tan chiquita; parece una discusión de criaturas, de pre adolescentes. Es el mismo mecanismo de Petro, de Sánchez”, afirmó y se preguntó: “¿No creés que Lula y Petro no hicieron cosas similares? ¿En el caso de Lula metiéndose activamente en la campaña electoral nuestra? Sánchez también exigió que se le pida disculpas. Petro también exigió que se le pida disculpas”.
Milei recordó la actitud que tuvo Lula Da Silva durante la campaña electoral del año pasado, que puso a disposición sus equipos de marketing político para apoyar la candidatura del entonces ministro de Economía, Sergio Massa, de Unión por la Patria. “¿No te parece que la campaña negativa que me hizo Massa impulsada desde Brasil no fue agresivo? ¿Quién era la contraparte? ¿Me van a pedir disculpas por la cantidad de mentiras que dijeron durante toda la campaña?”.
“¿Los que mintieron exigen que se les pida perdón porque uno les dijo la verdad? Hay que ponerse por encima de estas nimiedades, porque es más importante los intereses de los argentinos y los brasileños que el ego inflamado de algún zurdito”, consideró.
Petro y Sánchez
El presidente argentino mantiene con líderes de izquierda una complicada relación política, que en algunos casos atravesó la cuestión personal e ideológica y terminó en choques diplomáticos. A fines de marzo, tuvo un episodio con el colombiano Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá y un ex guerrillero del M-19, una organización socialista que actuó en los 70 y 80 en Colombia. En una entrevista con CNN en Español, habló de “la carnicería que es Venezuela es verdaderamente inaudito, lo mismo que la isla cárcel de Cuba”, tras eso agregó: “Después hay otros casos que van ‘camino a’, como el caso de Colombia con el señor Petro que, bueno, mucho no se puede esperar de alguien que era un asesino terrorista, comunista”.
Esas declaraciones explosivas derivaron en una protesta diplomática y el retiro del embajador de Colombia en Buenos Aires, una medida que se revirtió tras una negociación de la canciller Diana Mondino.
Semanas atrás ocurrió otro incidente, esta vez con el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, cuya esposa Begoña Gómez está siendo investigada por la Justicia de ese país por posible tráfico de influencias. En este caso, funcionarios del PSOE atacaron con dureza al mandatario argentino, al punto que un ministro, Oscar Puente, sugirió que el líder libertario consumiría sustancias.
El presidente argentino cargó contra el Gobierno presidido por el líder del PSOE. “El socialismo conduce la pobreza y a la muerte. El que diga otra cosa es un ignorante o un mentiroso”. Asimismo, no solo arremetió contra el propio Sánchez, sino que también atacó a su mujer por la polémica judicial que le rodea: “Qué calaña de gente atornillada al poder. Aun cuando tenga la mujer corrupta, se ensucia y se toma cinco días para pensarlo”.
Tras ese episodio, el Gobierno de España llamó a consultas a su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso, y convocó al embajador argentino en Madrid, Roberto Bosch. La diplomática ibérica no regresó.