Pedro Sánchez confirmó que continuará como presidente de España, luego de las denuncias por corrupción contra su esposa. Lo hizo este lunes por la mañana a través de una declaración institucional en la que no respondió preguntas de los periodistas.
“He decidido seguir, seguir con más fuerza si cabe al frente de la Presidencia del Gobierno de España. Esta decisión no es un punto seguido, es un punto y aparte, se lo garantizo”, dijo el presidente español desde la Moncloa.
El mandatario español se tomó cinco días para comunicar su decisión, luego de haber publicado en un comunicado el pasado 24 de abril que necesitaba “parar y reflexionar” si debía continuar a cargo del Gobierno. La carta fue publicada una vez que se conocieron las denuncias por corrupción contra su esposa, Begoña Gómez.
Finalmente, este lunes confirmó que seguirá al mando de la presidencia de España: “Asumo la decisión de continuar, con más fuerza si cabe. Esto no va del destino de un dirigente particular. Se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser. Nuestro país necesita esta reflexión. Llevamos demasiado tiempo dejando que el fango contamine nuestra vida pública”.
Sánchez había asegurado que las denuncias contra su pareja se enmarcaban en “una estrategia de acoso y derribo” por parte de “medios de marcada orientación derechista y ultraderechista”.
En ese sentido, fue que esta mañana llamó a “defender la democracia” y pidió a la sociedad española “volver a ser ejemplo”. “Los males que nos aquejan forman parte de un movimiento mundial. Mostremos al mundo cómo se defiende la democracia”, agregó.
El secretario general del PSOE justificó parte de su decisión en la movilización que realizaron dirigentes y militantes de su partido el pasado sábado en las puertas del cuartel general de los socialistas para pedirle que no renuncie.
“Lo importante es que queremos agradecer las muestras de solidaridad recibidas de todos los ámbitos. Gracias a la movilización social, que ha influido en mi decisión”, ha señalado el secretario general del PSOE.
En ese sentido, envió un mensaje a la sociedad: “Que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo, porque esto no va del destino de un dirigente particular. Eso es lo de menos. Nuestro país necesita hacer esta reflexión colectiva”.
Por otra parte, volvió a denunciar una campaña mediática en su contra: “Exigir resistencia incondicional es poner el foco en las víctimas y no en los agresores. Esta campaña de descrédito no parará. Llevamos diez años sufriéndola. Es grave, pero no es lo más relevante. Podemos con ella”.
“Por muy alto que sea, no hay honor que justifique el sufrimiento injusto de las personas que uno más quiere y respeta y ver cómo se intenta destruir su dignidad sin el más mínimo fundamento”, agregó sobre Begoña Gómez.
El presidente español descartó que los cinco días que se tomó para comunicar su decisión hayan sido parte de una estrategia y aclaró que la carta publicada el 24 de abril “no obedece a ningún cálculo político”.
En ese aspecto, agregó: “Soy consciente de que he mostrado un sentimiento que en política no suele ser admisible. He reconocido ante quienes buscan quebrarme, no por quien soy, sino por lo que represento; que duele vivir esta situación, que no deseo a nadie”.
“O decimos basta o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro condenándonos como país. Es cierto que he dado este paso por motivos personales, pero son motivos que todo el mundo puede entender y sentir como propios, porque responden a valores troncales de una sociedad solidaria y familiar como es la española”, completó.