Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaron este viernes la creación de un grupo de trabajo que se propone reducir la dependencia europea de combustibles fósiles rusos, especialmente el gas.
"Estados Unidos trabajará con socios internacionales y se esforzará por garantizar un volumen de gas natural licuado (GNL) para el mercado de la UE de al menos 15.000 millones de metros cúbicos en 2022", según un comunicado conjunto que fue recogido por la agencia de noticias AFP.
Ese grupo estará conducido por un representante de la Casa Blanca y otro en nombre de la presidencia del Comisión Europea y tendrá como objetivos "asegurar seguridad (sic) energética para Ucrania y la UE" de cara al próximo invierno boreal.
Según la declaración divulgada, las tareas del grupo se orientarán de forma prioritaria a diversificar el abastecimiento de GNL y reducir la demanda de ese combustible.
La fuerte alza de los precios de la energía eléctrica hizo encenderse ya a fines de 2021 las señales de alarma en la UE. Ese cuadro se agravó dramáticamente a raíz de la invasión rusa de Ucrania, hace un mes.
Se estima que la UE importa anualmente unos 150.000 millones de metros cúbicos de gas de Rusia, poco más del 40% de las importaciones europeas de ese combustible, en un elevado grado de dependencia que el bloque ahora busca romper.
En tanto, en el primer semestre de 2021 el gas estadounidense representó alrededor del 6% de las importaciones europeas.
Uno de los países europeos que más dependen de Moscú para la energía es Alemania, que antes de la invasión a Ucrania importaba de Rusia un tercio del petróleo que consume y cerca de un 45% del carbón.
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, anunció que prevé prescindir del carbón de aquel país de aquí al otoño (septiembre-diciembre) y de su petróleo a finales de este año.
En cambio para el gas el proceso se proyecta más lento y las autoridades alemanas se dieron plazo hasta "mediados de 2024".
"Se han dado los primeros pasos importantes para liberarnos de la influencia de las importaciones rusas", declaró Habeck, en una conferencia de prensa.
A partir de ahora, las empresas que compran hidrocarburos "dejan que expiren los contratos con los proveedores rusos y no los renuevan, y se orientan hacia otros productores", indicó el Gobierno alemán.
Con respecto al gas, antes de la crisis el país dependía del 55% de las importaciones rusas, por lo que el proceso se perfila más complejo.
"Todavía queda mucho camino por recorrer y vamos a lograr prescindir del gas ruso si hacemos un esfuerzo colectivo", estimó el Gobierno.