La vacuna rusa Sputnik V para el COVID-19 tiene una efectividad de alrededor del 83% contra la variante delta del coronavirus, más baja de lo que se pensaba anteriormente, dijo el miércoles el ministro de Salud, Mikhail Murashko.
Las autoridades culpan del aumento en los casos de coronavirus en junio y julio a la variante delta, más contagiosa, y al rechazo de la población a vacunarse a pesar de que las vacunas están ampliamente disponibles.
Los desarrolladores de la vacuna dijeron en junio que la Sputnik V tenía una efectividad de alrededor del 90% contra la variante delta. “Los últimos resultados muestran que la tasa de efectividad es de un 83%”, dijo la agencia de noticias TASS, citando a Murashko. La cuenta de Twitter de la vacuna asegura además que el estudio demostró un 94,4% de eficacia en evitar las hospitalizaciones.
Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya que desarrolló la vacuna, dijo el miércoles en una entrevista con el periódico Izvestia que la Sputnik V era segura y eficaz contra todas las cepas del coronavirus. Rusia, que tiene una población de alrededor de 144 millones, ha aprobado cuatro vacunas de producción nacional. Ha registrado casi 6,5 millones de infecciones desde el inicio de la pandemia.
La eficacia de las otras vacunas frente a la Delta
A medida que la variante Delta avanza en el mundo a gran velocidad siendo ya en algunos casos la predominante, estudios en tiempo real buscan determinar qué tan efectivas son las vacunas contra el COVID-19 disponibles frente a esta cepa. Los expertos coinciden en que, en general, todos los inoculantes ofrecen una fuerte protección contra la enfermedad grave y la hospitalización por el nuevo coronavirus.
El domingo, dos informes publicados en medRxiv el domingo, aún no revisados por por pares, dijeran que la vacuna de ARNm de Pfizer y BioNTech puede ser menos efectiva que la de Moderna contra la variante Delta, aunque mantiene una buena protección frente a la hospitalización.
En el estudio, realizado con más de 50.000 pacientes en el Sistema de Salud de Mayo Clinic, los investigadores encontraron que la efectividad de la vacuna de Moderna contra la infección se había reducido al 76% en julio, cuando predominaba la variante Delta, desde el 86% a principios de 2021. Durante el mismo período, la efectividad de la vacuna Pfizer/BioNTech había caído del 76% al 42%, dijeron los investigadores.
Si bien ambas vacunas siguen siendo efectivas para prevenir la hospitalización por COVID, es posible que pronto sea necesaria una inyección de refuerzo para cualquier persona que haya recibido las vacunas Pfizer o Moderna a principios de este año, dijo el doctor Venky Soundararajan, de la empresa de análisis de datos de Massachusetts, nference, quien dirigió el estudio.
Similar son los resultados arrojados por AstraZeneca, inoculante aplicado masivamente por la Argentina contra el COVID-19. Esta vacuna consta de dos dosis aplicadas en personas mayores de 18 años y su segunda aplicación se indica de 28 a 84 días después de la primera. Su eficacia general ronda el 76% en ensayos clínicos en los Estados Unidos.
Frente a la variante Delta, una dosis de la vacuna de Oxford AstraZeneca es probable que genere una protección contra la infección sintomática de la variante Delta, con una eficacia informada en estudios del 67% en Canadá y 33% en Escocia e Inglaterra. En cuanto al riesgo de hospitalización, se registró una eficacia informada en estudios del 88 % en Canadá y 71% en Inglaterra.
Con el esquema completo, AstraZeneca Oxford es probable que genere protección contra la infección sintomática de la variante Delta, con una eficacia informada en estudios del 61% en Escocia y 60% en Inglaterra. Por último, con las dos inoculaciones y en relación al riesgo de hospitalización, la compañía farmacéutica informó que registró un 92% de cobertura en Inglaterra.