La cumbre de este miércoles entre Joe Biden y Vladimir Putin, en la Villa La Grange de Ginebra (Suiza), se llevará a cabo en medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Rusia. Según detalló el Kremlin, el encuentro durará unas cinco horas.
El presidente norteamericano ya llegó este martes a la ciudad suiza, donde, al ser preguntado si está preparado para la cumbre, respondió: “Siempre estoy listo”. El mandatario se reunió el mismo martes con su secretario de Estado, Antony Blinken, y su asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; así como con el presidente de Suiza, Guy Parmelin, y varios secretarios de Estado del Gobierno helvético.
Putin, en tanto, llegó el mismo miércoles directamente desde Moscú, mientras que la delegación que le acompañará aterrizó el martes en el aeropuerto local de Cointrin.
La misma está integrada por el asesor para Asuntos Internacionales, Yuri Ushakov; el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov; el viceministro de esa cartera, Sergei Riabkov; el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov; el embajador ruso en EEUU, Antoli Antonov, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Guerasimov.
Para el debate de algunos problemas regionales han sido invitados el jefe adjunto de la Presidencia de Rusia, Dmitri Kozak, y el enviado especial de Putin para el arreglo del conflicto en Siria, Alexandr Lavrentiev.
Las llegadas a la cumbre de los dos presidentes están previstas para las 13.00, hora local (11.00 GMT). Primero llegará Putin y después Biden. Ambos serán recibidos en la Villa La Grange por Parmelin, quien les dedicará unas palabras como anfitrión de la cita. Después, los tres posarán para una fotografía que capture el inicio de la cumbre entre los líderes de EEUU y Rusia, previsto para las 13.15 (11.15 GMT).
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Este encuentro, que se producirá en formato reducido y en el que los dos mandatarios estarán acompañados por Blinken y Lavrov, así como por traductores, según el Kremlin, tendrá lugar en la primera planta de la Villa La Grange, en una de las bibliotecas.
En torno a las 14.30 (12.30 GMT) dará comienzo una primera reunión en formato ampliado con otros cinco miembros de cada una de las dos delegaciones. Una segunda parte con esta estructura continuará a las 16.15 (14.15 GMT).
El formato ampliado estará dedicado, entre otros temas, a conflictos y crisis regionales: Oriente Medio, Siria, Libia y Ucrania, el programa nuclear iraní, el arreglo en Afganistán,y la situación en la península coreana y en Nagorno Karabaj. También se espera que Biden exponga su rechazo al arresto del líder opositor Alexei Navalny y a los ciberataques perpetrados por hackers rusos en los últimos tiempos.
La delegación estadounidense ha descartado además por el momento un almuerzo de trabajo en la cumbre. De momento, se desconoce si Putin y Biden mantendrán un encuentro a solas, según indicó el Kremlin. “Todo dependerá de cómo evolucionan las conversaciones” en la cumbre y del deseo de los dos líderes de abordar “de tú a tú” algunos problemas durante su estancia en Ginebra, dijo Ushakov.
Tampoco está claro aún si habrá una declaración conjunta ruso-estadounidense al término de la cumbre. Putin será el primero en informar de los resultados de su primera cumbre con Biden, en torno a las 18.00 (16.00 GMT), porque después tiene previsto un encuentro bilateral con Parmelin y la delegación suiza antes de regresar a Moscú.
Biden arribó a la ciudad suiza procedente de Bruselas, donde reafirmó su voluntad de relanzar las relaciones transatlánticas y enviar un mensaje claro a Rusia. “Nuestra alianza es fuerte. La OTAN está unida y Estados Unidos ha vuelto”, dijo el presidente norteamericano.
La Unión Europea y Estados Unidos anunciaron el martes una tregua para resolver la disputa de 17 años entre Airbus y Boeing que ha envenenado las relaciones entre los dos grandes bloques económicos. Asimismo, Biden adoptó un tono firme en los últimos días, prometiendo que le dirá a Rusia cuáles son las “líneas rojas” que no debe cruzar: “No busco un conflicto con Rusia, pero responderemos si Rusia continúa sus actividades dañinas”.
En una entrevista con la cadena NBC, Putin dijo esperar que el presidente demócrata se muestre menos impulsivo que su predecesor republicano. Pero aprovechó la ocasión para calificar a Donald Trump como un hombre “talentoso”.
La Casa Blanca puso el listón muy bajo, al asegurar que no se esperan grandes anuncios, pero que se busca que a largo plazo las relaciones entre ambos países sean más “estables y predecibles”. Durante la cumbre del G7, en Cornualles (Reino Unido), Biden insinuó una forma de fatalismo. “Porque es Putin”, respondió a una pregunta sobre la ineficacia de las advertencias y sanciones contra el gobierno ruso.
“El mundo lleva 18 meses con una pandemia que lo ha golpeado terriblemente. El encuentro de Ginebra representa una oportunidad para que los presidentes de Estados Unidos y Rusia infundan un poco más de optimismo, un poco más de esperanza en la política mundial”, declaró el anfitrión, el presidente suizo, Guy Parmelin, en una rueda de prensa tras una reunión con Biden.
Para los expertos, el mandatario ruso ya consiguió lo que quería: una cumbre como muestra de la importancia de Rusia.
La cumbre cuenta con fuertes medidas de seguridad: el efectivo operativo está formado por más de 4.000 personas, entre ellas un millar de soldados y 3.000 agentes de los distintos cuerpos de policía. Medio millar de soldados son pilotos de la Fuerza Aérea que velan sobre la seguridad sobre Ginebra, los otros quinientos están repartidos en el lago y tierra firme.
Se cerrarán al tráfico todas las calles próximas a la costa del lago Lemán y también las inmediaciones del Hotel Intercontinental, donde se aloja Biden. En el resto de la ciudad habrá también fuertes restricciones a la circulación de automóviles y se ha recomendado a los habitantes y trabajadores transfronterizos que trabajen en casa en la medida de lo posible o utilicen el transporte público.
La ciudad está bajo estricta seguridad, pero un pequeño grupo de de manifestantes quiso mostrar su apoyo a Navalny, quien permanece en prisión tras sobrevivir a un envenenamiento que atribuye al Kremlin. Muchos coreaban “Una Rusia sin Putin”. Ginebra ya había acogido una cumbre todavía más histórica: el primer cara a cara entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov en 1985, una reunión de tres días que marcó el inicio del deshielo de la Guerra Fría.