Jeff Bezos, el fundador y consejero delegado de Amazon, considerado por la revista Forbes la persona más rica del mundo, mostró su apoyo a la propuesta del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de incrementar el impuesto de sociedades desde el 21% actual hasta el 28% para financiar su megaplan de infraestructura para recobrar la economía. Algunos días después de que Biden se quejara de que Amazon no paga impuestos sobre las ganancias, Bezos señaló: "Apoyamos un alza del impuesto sobre (la renta de) las empresas".
"Reconocemos que esta inversión requerirá concesiones de todas las partes, tanto en los detalles de lo que se incluye como en la forma de pagarlo (somos partidarios de una subida del tipo del impuesto de sociedades)", agregó en un comunicado. Bezos dijo que Amazon espera "que el Congreso y la administración de Biden se unan para encontrar la solución correcta y equilibrada que mantenga o mejore la competitividad de Estados Unidos". Amazon lleva años siendo el blanco de las críticas que afirman que paga poco o ningún impuesto corporativo. La empresa ha defendido sus políticas, asegurando que sus inversiones compensan los impuestos tal y como prevé el código fiscal.
Biden propone un programa de infraestructuras de 2 billones de dólares financiado en parte por el aumento del tipo impositivo de las sociedades del 21% al 28%, y por la limitación del uso de los paraísos fiscales. El mes pasado, el presidente citó un estudio de 2019 que mostraba que 91 empresas de la lista Fortune 500, "las más grandes del mundo, incluida Amazon... no pagan ni un centavo de impuesto federal sobre la renta", y subrayó: "Eso es simplemente no está bien.
El espaldarazo de Bezos a la propuesta de Biden se produce después de que la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, haya insistido en la oportunidad de aprobar un nivel impositivo mínimo a nivel global para las empresas, de forma que se evite la "carrera" a la baja que existe actualmente. En este sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) se mostró el martes a favor de la posibilidad de establecer un impuesto mínimo a nivel global para gravar los beneficios de las corporaciones, mientras que desde la Comisión Europea se confía en que las declaraciones de Yellen faciliten que se alcance un acuerdo este verano al respecto en el seno de la OCDE.