Brasil vive su momento más crítico por el aumento de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19. Los expertos coinciden en que la situación es mucho peor debido al mal manejo de la emergencia sanitaria por parte del Gobierno de Jair Bolsonaro. Este miércoles el país más grande de América Latina superó por primera vez los 2.000 muertos diarios por coronavirus, con 2.286 fallecidos registrados en 24 horas, una cifra que causa alarma a la región y mundo. Con la nueva cifra de decesos, el país supera los 270.000 muertes desde el inicio de la crisis sanitaria, mientras que los contagios ya pasan de los 11.2 millones, con 79.876 nuevos infectados reportados este miércoles.
“Si Brasil no es serio, continuará afectando más allá de sus fronteras”, advirtió la semana pasada Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). “No se trata solo de Brasil. Se trata de toda América Latina y más allá”. La situación en el gigante sudamericano empeoró con la aparición de la nueva variante del coronavirus registrada el Amazonas, que puede ser al menos dos veces más contagiosa. Algunos estudios preliminares advierten que la nueva cepa, denominada P1, puede ser capaz de infectar a personas que ya padecieron y se recuperaron de otras versiones del coronavirus.
“El recrudecimiento de la epidemia en varios estados lleva al colapso de sus redes asistenciales públicas y privadas y al riesgo inminente de que se propague a todas las regiones de Brasil”, dijo el Consejo Nacional de Secretarios de Salud en un comunicado. “Lamentablemente, la baja cobertura de vacunación y la lentitud en la disponibilidad de las vacunas todavía no permiten que ese escenario pueda ser revertido a corto plazo”.
Cerca al colapso sanitario
De las 27 ciudades capitales del país, 25 tienen tasas de ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UTI) iguales o superiores al 80 %, según la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz). De acuerdo con el más reciente informe del Observatorio de la COVID-19, divulgado la víspera, en 15 ciudades capitales, que son las que más concentran casos graves de la enfermedad, la ocupación de las UCI supera el 90 % y en estados como Sao Paulo y Sergipe, la situación empeoró.
“Estamos en el peor momento en Brasil, la tasa de transmisión con las variantes hace que la epidemia sea aún más grave”
Ante la coyuntura, calificada como “extremadamente crítica” los investigadores de la Fiocruz reiteraron la necesidad de “ampliar y fortalecer” las medidas de distanciamiento social y que estas sean más estrictas en las ciudades y regiones donde la situación esté al borde del colapso. “El año 2021 será aún más duro”, agregó.
En Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil, con unos 46 millones de habitantes, 30 personas con covid han fallecido en lo corrido de este mes por falta de un cupo en una UCI, pues están al 82 % de su capacidad. El martes, Sao Paulo registró un récord de 517 decesos por covid en 24 horas, el nivel más alto desde la confirmación del primer caso el 26 de febrero de 2020. Actualmente, la movilidad está restringida en toda la región donde todos los comercios permanecen cerrados, salvo los de primera necesidad.
Una situación similar se vive en Pernambuco, donde el 84 % de las UCI están copadas pero donde las medidas no han logrado reducir la movilidad, pues los comercios solo cierran por completo los fines de semana y en las noches durante el resto de días. En Recife, su capital, la movilización este miércoles era prácticamente normal en la ciudad. Los principales centros turísticos y los comercios populares registraron un 70 % de aglomeración, según pudo constatar Efe.
La situación llevó a que gobernadores de 21 de los 27 estados brasileños pidieran este miércoles un “pacto nacional” entre los tres poderes para “reforzar” la lucha contra la pandemia. “El coronavirus es hoy el mayor adversario de nuestra nación. Necesitamos evitar el total colapso de los sistemas hospitalarios en todo Brasil y mejorar el combate a la pandemia”, destacaron los dirigentes regionales en una carta conjunta. Asimismo, propusieron la creación de un “comité gestor” que contaría con la participación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como de los gobernadores y los alcaldes, y que sería asesorado por un grupo de “especialistas” sanitarios.
Vacunas y muertes
Las demoras en la vacunación de la población por falta de dosis en momentos en que los contagios se multiplica velozmente por todo el país han llevado a los Gobiernos regionales a decretar medidas más fuertes para frenar la propagación del virus, pero no han llegado a aplicarse los confinamientos drásticos que se vieron un año atrás. Desde que inició la campaña hace casi dos meses, 8,9 millones de personas fueron vacunadas (4,23% de la población), incluyendo 3,1 millones con la segunda dosis.
En ese escenario, “podemos posiblemente llegar a un nivel de 3.000 muertos por día”, dijo a la AFP el epidemiólogo Jonas Brant, de la Universidad de Brasilia (UNB). En términos relativos, Brasil registra un promedio de 128 muertos por 100.000 habitantes, una cifra inferior a la Reino Unido (184/100.000), Bélgica (193/100.000) o Estados Unidos (160/100.000).
Pero varios estados registran números que dan la magnitud de la tragedia: en Rio de Janeiro, con 33.389 decesos, el promedio es de 196 muertos/100.000 habitantes. Y en Amazonas, donde este año decenas de personas fallecieron por falta de oxígeno en los hospitales, el promedio asciende a 275 muertos/100.000 habitantes.
Alarma mundial
El avance de la pandemia ha encendido las alertas internacionales. La OMS instó la semana pasada a Brasil a tomar medidas más agresivas, ya que de no hacerlo podría afectar a los países vecinos y a otros. Este miércoles, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reforzó las advertencias.
“Estamos preocupados por la situación en Brasil. Esto es un duro recordatorio de la amenaza de un resurgimiento, ya que áreas muy golpeadas por el virus siguen siendo muy vulnerables a las infecciones”, dijo en una rueda de prensa virtual la directora de la OPS, Carissa Etienne.
Ante la ola de críticas por su manejo de la emergencia sanitaria, Bolsonaro aseguró el miércoles que su gobierno actuó de forma “incansable desde el primer momento en la lucha de la pandemia”. El mandatario citó los subsidios que permitieron a unos 68 millones de brasileños enfrentar el parate económico entre abril y diciembre, pero que se suspendieron en enero.
Qué dicen los expertos
La prestigiosa AIDS Healthcare Foundation (AHF) aseguró que las negociaciones con las empresas farmaceúticas para obtener vacunas y otros suministros se retrasaron demasiado y que el país está lejos de garantizar dosis suficientes para toda la población. Además, señaló que los mensajes incoherentes y contradictorios del Gobierno de Bolsonaro han confundido la comunidad y empeorado la situación.
“Brasil solo se ha logrado acceder a 14,7 millones de dosis de vacunas, para vacunar a menos del 4% de su población. Gracias a los institutos de investigación nacionales Butantan y Fiocruz, quienes importaron 8 millones de vacunas de China e India. Y quienes pese a la gran capacidad de producción farmaceútica que tiene el país, solo se han logrado manufacturar localmente 6,7 millones, debido a los múltiples obstáculos impuestos para las importaciones del ingrediente farmacéutico activo (IFA)”, dijo la organización.
“Por las decisiones que iban en contra de las buenas prácticas de salud pública (...) Brasil perdió el acceso a vacunar al 78% de la población”
“Como resultado de las demoras y decisiones que iban en contra de las buenas prácticas de salud pública, Brasil perdió el acceso a lo que habría ascendido a alrededor de 316 millones de dosis de vacunas combinadas entre las cantidades ofrecidas por COVAX y Pfizer, lo suficiente para vacunar aproximadamente al 78% de la población del país. Esto habría dado a los institutos Butantan y Fiocruz, suficiente tiempo para producir el resto de las vacunas para cubrir a toda la población”, agregó.
AHF pide que la comunidad internacional se una para exigir a los líderes de Brasil que hagan todo lo que esté a su alcance para garantizar que el país tenga suficientes vacunas para toda la población. Por su parte, Denise Garrett, vicepresidenta de epidemiología aplicada del Instituto de Vacunas Sabin en Washington, dijo que la situación en Brasil le preocupa mucho. “El país que no controla su brote es un riesgo para otros países, ya que es un criadero de nuevas variantes”.