Estados Unidos se convirtió este martes en el primer país con más de 200.000 muertos por coronavirus, una tétrica marca que lo consolida como el más afectado del mundo y complica las chances de reelección del presidente Donald Trump en noviembre. Horas después de que Trump volviera a afirmar falsamente que el coronavirus no afecta "a nadie joven", la primera potencia mundial acumulaba ya 200.005 muertes por el nuevo virus, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins.
La cifra era impensada hace ocho meses, cuando la pandemia llegó a la nación más rica, con sus laboratorios de excelencia, sus científicos renombrados y sus enormes existencias de medicamentos e insumos médicos, aunque casi sin salud pública. El número de muertos en Estados Unidos equivale a 67 días seguidos de ataques como los del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas de Nueva York, y es tres veces y medio mayor que el de 58.000 estadounidenses muertos en la Guerra de Vietnam.
Las muertes han vuelto a un promedio de 770 por día, y un muy consultado modelo estadístico de la Universidad de Washington predice que la cifra total de muertos en Estados Unidos se duplicará hasta los 400.000 para fines de este año. Es improbable que una vacuna esté disponible a gran escala antes de 2021. "La idea de 200.000 muertes es realmente muy aleccionadora, en algún sentido pasmosa", dijo hoy el principal epidemiólogo del Gobierno estadounidense, doctor Anthony Fauci, a la cadena CNN.
Estados Unidos alcanzó el sombrío hito seis semanas antes de una elección presidencial que se prefigura como un referéndum sobre el manejo de la pandemia por parte del republicano Trump. "Mientras otras naciones trabajaban todo el día para controlar este virus, nuestro presidente estaba muy preocupado tuiteando y jugando al golf", dijo hoy su rival electoral demócrata, Joe Biden, en Twitter. "Ahora, ya murieron 200.000 estadounidenses. No tenía por qué ser así", agregó.
Desde hace cinco meses, Estados Unidos es por lejos el país con más infecciones y muertes. Aunque posee menos del 5% de la población mundial, acumula más del 20% de todas las muertes. Solo cinco países, Perú, Bolivia, Chile, España y Brasil tienen más muertes por coronavirus por habitantes. Brasil está segundo entre los países con más decesos, con unos 137.000, seguido de la India, con unos 89.000, y México, con 74.000. Además, también es el país con más casos del mundo, más de 6,8 millones, según la universidad de Estados Unidos.
No obstante, la tasa de mortalidad por la pandemia en Estados Unidos es de 60 por cada 100.000 habitantes, por debajo de otros países como Reino Unido, Ecuador, España y Brasil, y el país ha mostrado una mejoría en la progresión de la mortalidad. En números acumulados, los estados de Nueva York (33.000 muertes), Nueva Jersey (16.000 muertes) y Texas y California (sendos 15.000 fallecidos) siguen siendo algunas de las regiones más afectadas del planeta por la pandemia. Estados Unidos atravesó dos olas: la primera afectó sobre todo a la costa este, con Nueva York como epicentro, con unos 25.000 nuevos casos diarios entre abril y mayo y 2.000 muertos en un solo día.
La segunda se cebó con estados en el sur del país, con unos 60.00 contagiados diarios en julio y más de 1.000 fallecidos. Los contagios volvieron a reducirse en agosto tras imponer nuevas medidas de contención, cierre de negocios y zonas de ocio y sobre todo después de que los republicanos abrazaran el uso de las mascarilla como principal medida de prevención. Con la reapertura de los colegios en septiembre, los datos muestran un aumento de los casos, pero con las muertes contenidas en una media diaria de 200 personas, en parte por la mejora de los tratamientos y la menor edad de los infectados.
En un comienzo, el presidente Trump restó importancia al nuevo coronavirus al asegurar que no era más peligroso que una gripe. Pero progresivamente revisó al alza sus proyecciones de fallecimientos y dejó de negar la importancia de llevar máscara y mantener la distancia social. En la recta final de la campaña para los comicios del 3 de noviembre, Trump relegó la pandemia a un segundo plano y solo la menciona para afirmar que Estados Unidos pronto tendrá una vacuna disponible y a fin de año empezará a distribuirla entre la población.
"Afecta a los mayores con problemas (...) En algunos estados, no afecta a nadie joven. Por debajo de los 18, virtualmente a nadie", aseguró anoche en un acto en Ohio, pese que los jóvenes sí se contagian y sobre todo contagian, y sí pueden enfermar gravemente e incluso morir pese a ser esto mucho menos frecuente que en los grupos de riesgo. Al contrario de lo que dice Trump, los expertos, entre ellos los del Centro de Control de Enfermedades (CDC, en inglés), consideran que en el mejor de los casos la vacuna estaría disponible para la población en la primavera de 2021.
Estados Unidos reportó su primera muerte por coronavirus el 29 de febrero. El 23 de abril, 50 días después, llegó a 50.000 muertes; el 29 de mayo -36 días después-, pasó las 100.000. En 65 días llegó a las 150.000, el 28 de julio, y en 55 días más pasó las 200.000.
While other nations worked around the clock to get this virus under control, our president was too busy tweeting and golfing.
— Joe Biden (@JoeBiden) September 22, 2020
Now, nearly 200,000 Americans have died.
It didn’t have to happen this way. pic.twitter.com/RqdLtARlRW