La China Suárez y Mauro Icardi disfrutaron de un fin de semana a puro lujo en Europa que incluyó un paseo en yate por Ibiza, donde se mostraron más enamorados que nunca y donde la actriz lució joyas que, más tarde, en el programa Sálvese Quién Pueda se reveló su precio millonario.
“Hoy Mauro subió una foto de la cara de la China, diosa de otro planeta, con un collar divino de oro de Tiffany de 20.000 euros y un arito de Chanel”, comenzó diciendo la conductora Yanina Latorre.
“¡A los dos segundos Wanda te sube siete carteras Chanel tiradas en la cama! Se hablan por historia a ver quién gastó más”, agregó la periodista.
Además, Latorre habló de otra foto que compartió la China en el yate y señaló que los aritos de perla que luce allí cuestan 1000 euros. “Es caro, pero para ellos es un vuelto”, expresó la conductora de SQP.
En ese sentido, Yanina Latorre aseguró que las joyas de la China se las habría regalado Icardi, ya que puso en duda que la actriz tenga tantos euros para gastar en joyas.
El polémico pedido de la China Suárez y Mauro Icardi en un restaurante de Recoleta
Con Wanda Nara recién aterrizada en Ibiza, la China Suárez y Mauro Icardi terminaron sus mini vacaciones familiares por Europa y este lunes por la tarde llegaron a la Argentina para retomar sus actividades.
Tanto la actriz como el futbolista postearon imágenes desde la mansión que comparten en el exclusivo barrio privado El Yacht en Nordelta. “Home Sweet Home”, escribió Icardi mostrando los lujos de su hogar.
Llegada la noche, la pareja se dirigió a Fervor Brasas, un reconocido restaurante ubicado en Recoleta, para compartir una cena con amigos. "A un restaurante importante de La Recoleta, cayeron Icardi y la China y una pareja más a comer", contó Yanina Latorre en LAM, anunciándolo como un “chismecito fresco”.
Según la panelista, la actriz y el futbolista habrían tenido una indignante actitud con los presentes en el restaurante: “Subieron al tercer piso. Echaron a todos los comensales”.
De esta forma, los presentes tuvieron que retirarse para que la pareja y sus invitados puedan comer en tranquilidad y soledad, sin estar preocupándose por las cámaras.
