El Gobierno buscará este jueves patear vencimientos de bonos en pesos previstos para el período junio-septiembre. Los pagos comprometidos para ese lapso suman casi $10,5 billones y presionaban en el corto plazo a la secretaría de Finanzas.
Por eso, desde la semana pasada el equipo económico se empezó a reunir con bancos y fondos comunes de inversión para conseguir su acompañamiento antes de lanzar el canje que despeje los vencimientos y los postergue hacia el año que viene, ya bajo la gestión del próximo Gobierno. A pesar de esas reuniones, la operación anunciada está diseñada para el sector público.
En total son siete los títulos que Economía intentará cambiar por otros cuatro nuevos bonos que vencen a partir de agosto de 2024. Entre ellos, hay uno vinculado a la inflación y tres que son duales, es decir, pagan la mejor tasa entre la inflación y la devaluación. Así, todos dan cobertura contra el alza de los precios y tres de ellos también lo hacen contra la devaluación.
“En estos cuatro meses los pagos totales que debe enfrentar Finanzas alcanzan los $10.495.000 millones (alrededor de 7,9% del PBI), pero de acuerdo con nuestras estimaciones la parte privada se limita al 39,5% de ese monto (3,2% del PBI). De esta manera, la deuda elegible que seleccionó el Tesoro representa el 88,6% de los pagos totales de estos 4 meses”, señalaron en PPI.
“Al igual que en los pasados canjes de deuda en pesos, el grueso pasa por patear los vencimientos en manos de acreedores públicos para la próxima licitación. Dado que la nominalidad se escapó, la economía sigue sin un ancla y los nuevos bonos vencen en la próxima gestión, todos los instrumentos ofrecidos brindan cobertura, condición necesaria pero no suficiente para que el canje sirva”, sostuvo Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go, en diálogo con el medio TN.
UNA PROPUESTA A LA MEDIDA DEL SECTOR PÚBLICO
Los entes estatales, fundamentalmente la Anses, son los principales participantes de las licitaciones de deuda y los canjes que organiza el Ministerio de Economía. El Banco Central, que no puede participar de las colocaciones primarias, sí podrá canjear los bonos que compró en el mercado secundario.
Por la alta participación de esos organismos, los analistas del mercado descuentan que el canje tendrá un resultado exitoso, con un piso de adhesión en torno al 70%. “En el agregado, calculamos que la tenencia del sector público en la deuda elegible se ubica alrededor de 64%, por lo cual creemos que este será un nivel clave para analizar la aceptación genuina del sector privado”, estimó PPI.
En Balanz, en tanto, estimaron que un 55% de los bonos canjeables están en manos del sector público, entre Anses y el BCRA. En el caso de los privados, por el contrario, la adhesión al canje no está garantizada porque los analistas aseguran que la propuesta no es atractiva.
“Dada la incertidumbre electoral, lo más probable es que haya una muy baja adhesión por parte de los acreedores privados, que seguramente sigan en stand-by hasta que por lo menos se conozcan los candidatos. Renunciar a un título que vencen en los próximos tres meses por uno que vence el año que viene sin tener una mínima idea de que es lo que va a pasar, hoy luce muy extraño”, señaló Garay Méndez.
“Entendemos que al extender los vencimientos para fines del 2024 (e inclusive al 2025) el sector privado estará reacio a canjear sus tenencias que vencerán en los próximos treinta a noventa días, especialmente considerando que un 52% de los titulo vencen antes de las PASO (agosto). Por ende, estimamos que la adhesión del sector privado será similar a la de marzo e inclusive levemente menor”, coincidieron en Balanz.
No obstante, los analistas de esa firma indicaron que, teniendo en cuenta el resultado de la operación de conversión realizada en marzo, en la que el sector privado financiero mostró un nivel de adhesión del 42%, “se podría ver un escenario similar, que reduciría la deuda de los próximos cuatro meses en un 76%”.