Sergio Massa y Kristalina Georgieva se encontrarán este jueves en Washington para analizar la situación económica de la Argentina y su impacto en el cumplimiento de las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La grave sequía afectó las reservas del Banco Central y el ingreso de recursos para sostener el gasto público, dos aspectos claves de los compromisos asumidos por el Ministerio de Economía con el directorio del Fondo. Massa ratificará a la directora gerente del FMI sus intenciones de cumplir con las metas, pero a continuación explicará que la economía nacional sufre asfixia por las pérdidas irreparables en las cosechas, la inestabilidad del sistema financiero global y la guerra en Ucrania que afectó el precio relativo de la energía y los alimentos.
La reunión entre Massa y Georgieva sucederá después del cónclave que protagonizarán Alberto Fernández y Joseph Biden en la Casa Blanca. Este encuentro es clave para robustecer los argumentos del ministro de Economía frente a la directora gerente del FMI. El Presidente planteará al líder demócrata que la sequía hizo estragos en la economía y que se necesita apoyo político del Salón Oval para evitar que el board del Fondo proponga medidas extraordinarias para cumplir con las metas acordadas.
La Casa Blanca controla al directorio del FMI y una instrucción política desde la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos tiene suficiente poder para reducir las intenciones de los representantes de Japón, Alemania y Brasil, que ya están dialogando entre ellos para proponer a la Argentina un plan de ajuste destinado a respetar las metas asignadas al déficit fiscal y a las reservas del Banco Central.
Desde esta perspectiva, es fundamental para las relaciones entre el gobierno y el Fondo que la reunión entre Alberto Fernández y Biden no tenga contratiempos. La administración demócrata exhibe muchísima preocupación con el avance de China en la Argentina, y las respuestas que se esperan del Presidente establecerán el volumen y la dirección de las instrucciones que partirán desde la Secretaría del Tesoro al despacho de Georgieva.
Junto al eventual respaldo de Biden a la probable negociación que deberá ejecutar la Argentina respecto a las metas vinculadas al déficit fiscal y las reservas del Banco Central, Massa tendría a su favor un cláusula de contingencia prevista en el propio Acuerdo de Facilidades Extendidas y una minucioso informe técnico que demuestra el impacto de la sequía en las cuentas públicas.
En el párrafo 11 del Memorando de Políticas Económicas y Financieras -aprobado en marzo de 2022-, se estable la posibilidad de negociar recalibraciones. Ese párrafo establece: “Nuestro escenario base está sujeto a importantes incertidumbres, lo que implica que es posible que las políticas tengan que recalibrarse según corresponda. (…) Los shocks relacionados con el clima podrían afectar nuestras exportaciones, con repercusiones negativas en la entrada de divisas y los ingresos fiscales”.
Este argumento jurídico, acordado entre las partes, adquiere una fortaleza estratégica si se lo vincula con las cifras técnicas que maneja Massa y que revelará a Georgieva durante el encuentro del jueves. La produccion de soja, trigo y maíz caerán cerca de 50 millones de toneladas en la cosecha 2022-2023, y en consecuencia el Estado dejará de percibir unos 2.500 millones de dólares en derechos de exportación.
Es decir: Massa tiene cerrado sus argumentos -norma legal y detalle técnico- para frenar la presión de determinados países del board que exigen un plan de ajuste que permita cumplir las actuales metas de reservas y déficit. Pareciera obvio que sin los recursos públicos previstos -a consecuencia de la sequía y otros efectos exógenos como la guerra en Ucrania y la crisis financiera global- sería indispensable revisar aspectos claves del Acuerdo de Facilidades Extendidas.
Alberto Fernández y Massa se encontrarán mañana en DC. El presidente y el ministro de Economía, junto al canciller Santiago Cafiero, definirán la estrategia argumental que se presentará durante la reunión con Biden y Georgieva. Estos dos encuentros serán clave para la estabilidad del plan económico. Sin el apoyo del presidente de Estados Unidos y la directora gerente del FMI todo podría empeorar durante la campaña electoral.