"El Presidente me pidió cuidar el empleo y el salario de los trabajadores", definió la ministra de Trabajo, Raquel "Kelly" Olmos. La flamante funcionaria, designada ayer junto a Victoria Tolosa Paz -Desarrollo Social- y Ayelén Mazzina -Mujeres, Géneros y Diversidad-, dijo que hay que trabajar con "todos los instrumentos posibles" para cumplir ese objetivo y no descartó un aumento de suma fija. "La prioridad es que no haya un mayor deterioro de los ingresos", subrayó.
Sin embargo, reconoció que "toda gestión se dificulta" con los actuales niveles de inflación, que, se estima, alcanzará el 100% en 2022. "Todas las carteras vamos a tener que trabajar mancomunadamente, con la responsabilidad primaria de la política económica, para quebrar la inflación", señaló, en declaraciones radiales.
"Hay que hacerlo de una manera donde los trabajadores no sean la variable de ajuste y los más perjudicados, los informales, no sufran un mayor deterioro", planteó.
Respecto de lo que puede esperarse de su gestión al frente de la cartera que dejó Claudio Moroni, dijo que no cree en una reforma laboral y, tomando con referencia el conflicto del neumático, sentenció: "Voy a estar del lado de los trabajadores y de sus organizaciones".
Consultada por la disputa entre el presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández de Kirchner, que sobrevoló su nombramiento, evitó brindar una definición, pero sí señaló: "Tengo una mirada del peronismo no sectaria, soy militante de la unidad".
En ese punto, dio paso a fuertes críticas a la oposición. "Creo que hay que hacer un esfuerzo por la unidad -insistió- porque el proyecto que tenemos en frente demostró una gran capacidad destructiva, deterioró mucho la situación de la Argentina y ahora viene además asociado a una reivindicación cultural que la veo como la propuesta de darle al conjunto de la población una soga para ahorcarse".