Comenzó el cese de comercialización de hacienda convocado por la Mesa de Enlace ante la decisión del Gobierno, ya publicada en el Boletín Oficial, de cerrar las exportaciones de carne vacuna por 30 días.
El paro finalizará el 28 de este mes a las 24 horas y se prevé que cuente con la adhesión del Mercado de Liniers, las ferias consignatarias y se suspenda los remates previstos en todo el país, los cuales una gran mayoría se están realizando de manera virtual por la pandemia del coronavirus. Muy pocas veces se ha registrado en el mundo agropecuario un rechazo tan amplio a una medida gubernamental, como en este caso el cierre de las exportaciones de carne vacuna.
No solamente existió un pronunciamiento de todos los eslabones de la cadena, sino también desde otros sectores como las Bolsas de Cereales y de Comercio, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, las cuatro cadenas de cultivos, el Movimiento CREA, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa, la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales, entre otras entidades.
Los analistas privados sostienen que el cierre por 30 días de las exportaciones de carne vacuna podría significar que a la Argentina dejen de ingresar divisas por 250 millones de dólares. Además, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) sostuvo que en el caso que se intensifiquen las restricciones, 100.000 puestos de trabajo del circuito exportador estarían en riesgo.
Entre los principales fundamentos del rechazo a la medida de cerrar las exportaciones de carne vacuna, aparece el relacionado a que cuando dicha medida se aplicó en el pasado, a partir del 2006, no permitió bajar los precios de la carne y provocó un serio daño a la producción y frigoríficos.
La Sociedad Rural Argentina, mediante su Estudio Económico, determinó que los precios al consumidor en términos reales subieron un 54% entre octubre de 2009 y febrero de 2010, y se mantuvo en ese nivel de precio real por varios años.
“Va a haber un cese de comercialización de hacienda en todas sus órdenes y categorías. Hay cierta garantía de que todas las ferias se van a suspender para estos días y con eso hay seguridad de que no va a ingresar hacienda al Mercado de Liniers, aunque va a estar abierto”, dijo Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA).
Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, precisó: “Es muy difícil llevar adelante una medida de fuerza, en un contexto tan complicado del país atravesado por la pandemia de coronavirus, pero hay que expresar de alguna manera el malestar que hay en el interior productivo por la medida que adoptó el gobierno, que va en el sentido contrario a lo que necesitamos que es incentivar la producción para abastecer el mercado interno y externo”.
Luego de conocerse la intención del Gobierno, que aún no ha sido oficializada a través de una Resolución, los productores fueron quienes intentaron impulsar el cese de comercialización. Y hay sectores de las bases que están pidiendo que se incluya el freno de la comercialización de los granos a la medida de fuerza, mientras el Gobierno abrirá en las próximas horas un canal de diálogo con sectores de la exportación de carne vacuna y del Consejo Agroindustrial Argentino, con el objetivo de encontrar una salida al conflicto y levantar las restricciones antes de que se cumplan los 30 días.
“Los productores deciden sumarse al paro. Ellos pidieron esa determinación, es más un indicativo desde su lado a las entidades para adherirse que del nuestro a ellos. Estuvieron todas las bases presionando para hacer este paro, desde productores porcinos, ovinos, otras carnes sustitutas que ven con preocupación esta situación”, agregó Achetoni.
En el Mercado de Liniers se reciben aproximadamente tres ingresos semanales que rondan las 25.000 mil cabezas de ganado, sumado a esto se toman en cuenta todas las ferias del interior del país de entre 1.000 y 2.000 cabezas de ganado por semana. “Nosotros entendemos que sí se podría detener el cierre de las exportaciones de carne vacuna, aún así ya estamos en el proceso de cese de comercialización y vamos a continuar haciéndolo”, sostuvo Achetoni.
En esa línea, Jorge Chemes, indicó que la no comercialización de ganado vacuno incluye todo tipo de venta: particular y consignataria, de este modo es que estaría controlado el paro. “Toda vaca que ande por el país no se va a vender. Se está adhiriendo el Centro de Consignatarios y el Mercado de Liniers a la medida, a esto también se suman las firmas consignatarias, hasta suspender los remates”, explicó.
Si el Centro de consignatarios y el Mercado de Liniers no se hubieran adherido a la medida de fuerza, “sería distinto” para los gremios llevar adelante el cese de comercialización, pero saben que esta decisión fue impulsada desde los propios productores primarios.
Por otro lado, el dirigente también confirmó que desde distintos sectores solicitaron adherirse al paro, pero que esta medida de fuerza incluye solo a ganaderos. “Estamos recibiendo pedidos de agricultores, productores de granos para que los vayamos incorporando”, señaló y destacó que de no llegar a un acuerdo antes de finalizar la fecha tope, el cese de comercialización podría extenderse más allá del 28 de mayo.
“Si el Gobierno no responde a lo que hemos planteado podría ser que se extienda. Consultaremos con nuestras bases si se produce lo contrario o si el Gobierno decide dar marcha atrás. En los años que tengo como dirigente nunca tuve una petición tan masiva para adherirse a un paro, hay una presión, una cantidad de pedidos de gente que con mensajes pedía a gritos ir a cese de comercialización, esto muestra el nivel de rechazo que generó la decisión”, dijo Chemes.
En ese sentido, especificó que esta decisión del Gobierno se produce porque se buscan “medidas populistas cerca de la elección”. De algo tan emblemático se busca el rédito político, a través de una medida política. Lo que al Gobierno le interesa es dominar la inflación, pero no es de esta forma”, agregó.
Por último, Chemes recordó que en 2006, con Guillermo Moreno como secretario de Comercio Interior desaparecieron 12 millones de cabezas del stock bovino nacional. “No tengo dudas de que podría pasar lo mismo, cuando el negocio deje de ser un negocio va a haber mucha gente que va a retirar las vacas que tiene y los mercados del mundo que le compran a la Argentina van a ir a comprar en otro país”, amplió.