Las dudas que genera el resultado aún incierto de la renegociación de la deuda, las dificultades de la Provincia de Buenos Aires para pagar un vencimiento de US$ 250 millones y la fuerte baja de las tasas de interés en pesos terminaron convenciendo a los inversores grandes y chicos de orientar su dinero hacia el dólar. Con el tope de US$ 200 dólares por persona y por mes (más el recargo del 30%) el dinero legal se enfoca cada vez más en los dólares alternativos, donde manda la oferta y la demanda y se puede comprar todo lo que se quiera o pueda. Y eso se sintió en la Bolsa: el precio del dólar que surge de la compra y venta de bonos cotizó a $ 81,57 si los dólares quedan en el país, y $ 84 si la intención es sacarlos afuera a través de la operación "contado con liquidación". Estas opción es la que usan empresas y grandes operadores para sacar divisas del país. La brecha con el dólar oficial ya supera el 33%.
Vale aclarar que ese mercado de dólar Bolsa o Contado con Liqui no involucra a las reservas del Central. Son dólares que ya están en manos de privados. Esta disparada de los dólares paralelos prácticamente eliminó la diferencia de precio con el dólar turista. El “dólar Bolsa” o "dólar MEP" subió casi 14% en un mes, a medida que el pequeño ahorrista se familiarizó con este último reducto legal para hacerse de la divisa sin topes en el mercado de capitales vía la compra-venta de bonos. El dólar minorista sigue clavado en torno a los $ 63 y el mayorista, el que se toma como referencia para el comercio exterior, está en $ 60. Así, el ahorro de dolarizarse por esa vía, que en un principio era de $ 10 por cada dólar, ya casi se esfumó. Claro que si en lugar de calcular el dólar solidario ($ 81,90) a partir de la cotización oficial del Banco Nación se toma la de muchos bancos comerciales todavía se acerca a los $ 3. Pero se mantiene, obviamente, la gran ventaja de no tener ningún tipo de cupo.
Hoy resulta más barato el blue, en torno a $ 79, si bien es un mercado que se mueve según su propia dinámica dada la poderosa economía informal de la Argentina. Cuando se fijó el impuesto, cotizaba a $ 76,80. Es un mercado con dinero negro. La mala noticia es que, según los analistas, los precios no sólo convergieron sino que el 30% del “impuestazo” será un piso para las cotizaciones alternativas en el mediano plazo por la caída en picada de las tasas de interés en pesos. “Cuando se estableció el recargo, si tenías que comprar en el exterior, te convenía toda la vida pagar la tarjeta directamente con dólares. Tomando el dólar oficial del Banco Nación más el recargo, te ahorrabas un 15%. Ahí el único recaudo es que si estás adherido al débito automático para la tarjeta de crédito tenés que anticipar el pago para evitar que se realice en pesos. Hoy todavía hay un pequeño premio pero ya es marginal”, comenta José Bano, gerente de asesoramiento financiero de InvertirOnline, que ofrece una cotización de $ 60,35.
“Creo que perfectamente podría superar al solidario. Hay mucha gente que tiene capacidad de comprar más de u$s 200 por mes. Pensá que en los meses previos al cepo se venían comprando US$ 2.000 millones y operaban 2 millones de personas. Hoy esos ahorristas sólo pueden acceder a US$ 400 millones así que en teoría hay US$ 1.600 millones que podrían volcarse al MEP”, calcula. Ramiro Marra, director de Bull Market, señala: "El dólar MEP no tiene restricciones de monto por lo que tiene lógica que se comporte de esta manera. Lo raro era verlo abajo del solidario". También confirmó el interés de los pequeños ahorristas: "Las operaciones del público minorista se dan mayormente a principios de mes cuando cobran sus salarios". Marra también remarca que el "dólar MEP" así como el contado con liquidación (la otra vía de dolarización vía Bolsa que permite girar las divisas al exterior) "benefician la estrategia del Gobierno porque no sólo le dan liquidez al mercado de bonos sino que además no le sacan dólares de las reservas ya que son acuerdos entre privados". El contado con liquidación o "liqui" cotiza a $ 84.
Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, coincide: “El 30% es el piso en el mediano plazo. Me preguntaría por qué no confluyeron antes. Había muy poca liquidez, si bien está creciendo. En parte las elecciones generaron un temor muy grande. Ya no había más espacio para dolarizarse y muchos terminaron vendiendo para hacer frente a gastos corrientes, vendiendo en el blue y haciendo el famoso “dólar puré.” Y añade: “Creo que el principal factor que va a presionar son las tasas decrecientes pero acá está claro que el Gobierno priorizó las cuentas públicas y cuidar las reservas sobre la brecha. Bajar las tasas para impulsar una reactivación de la actividad, que hay que ver si resulta efectiva, ser más tolerantes a una brecha más alta”. En la experiencia anterior, el recargo -que en ese entonces se tomaba a cuenta de Ganancias- fue incrementado del 20% al 35%. “No veo un ajuste del impuesto.
Con este tipo de cambio real ya es bastante alto, porque estaba contemplado que el dólar se iba a ir deslizando un poco, algo que está ocurriendo y las malas noticias se dan una vez. En 2015, antes de la salida del cepo, estábamos un 60% más apreciados con un impuesto del 35%”, explica. Miguel Zielonka, director de Econviews, reconoce que si bien esperaba que el dólar MEP y el solidario confluyeran no creía que sucedería tan rápido. Y recuerda que cuando se fijó el recargo la brecha era del 20%. “Hay tres palancas que explican la brecha. Una es la dureza de los controles. A más control, más brecha. Ahí no hubo cambios. Otra es la competitividad del tipo de cambio oficial. Cuanto más atrasado, más alejado del valor de mercado, la brecha es mayor. Ahí hubo atraso en términos reales porque el dólar quedó planchado mientras las inflación siguió corriendo. Y la última y más importante son las tasas. Cuanto más altas son en términos reales, más te persuaden de quedarte en pesos. Y lo cierto es que bajaron más rápido de lo que se esperaba.” Las tasas de los plazos fijos minoristas en pesos cayeron de máximos de 55% al 35%.