El Gobierno publicó este viernes la actualización del impuesto a los combustibles en el Boletín Oficial. Este nuevo valor, sumado al incremento de los precios de los biocombustibles el miércoles pasado, desembocará en nuevos aumentos en los surtidores, que se esperan desde el próximo sábado a la medianoche. Solo por el impuesto, vinculado a la inflación pasada, se esperaba que el aumento tuviera un piso de entre 2% y 3%. Pero, con el alza también de los biocombustibles, no bajará de 5% indican en las petroleras.
La nafta tributa $ 11,23 por cada litro vendido, mientras que el gasoil paga un impuesto de $ 6,928. Esos valores subirán desde el 1 de diciembre alrededor de 5%. Pero el impuesto se desdobló: una parte comenzará a regir el domingo y otra a partir del 1 de enero. El Poder Ejecutivo decidió regular el precio de los combustibles por 90 días. En ese período, habilitó dos incrementos, de entre 4% y 5% cada uno. Hace una semana, terminó la vigencia de ese decreto. Desde esa noche, las petroleras retomaron los aumentos, del 5%.
Pero las compañías argumentan que aún no es suficiente, y que aún están un 15% por debajo del precio que les parecía adecuado para recomponer sus márgenes. En esa línea, cualquier modificación impositiva será trasladada. Uno de los frenos para las recomposiciones es el comportamiento del consumo. Las ventas de combustibles no están en caída -como sucedió en la mayor parte del año-, pero tampoco en alza. Por las fiestas, diciembre suele ser un mes favorable para las estaciones de servicio, cuyos surtidores registran mayor actividad. En ese sentido, un aumento pasaría más desapercibido que en un momento de retracción. En la cabeza de las compañías están dos recomposiciones: una para el próximo fin de semana y otra para diciembre. Pero los nuevos tiempos políticos pueden modificar esa previsión.
En un balance reciente que hizo sobre la gestión de la administración actual, el secretario de Energía -Gustavo Lopetegui- señaló que el Estado dejó de recaudar $ 100.000 millones durante este año. Fue por haber evitado la suba de impuestos por inflación, a través de reducciones temporarias. El objetivo politico fue atemperar la inflación. De todas formas, el alza del costo de vida de 2019 supera el 55%. Según números que difundió el Gobierno, el litro de nafta súper terminará el año en $ 59,8 mientras que el de súper se ubicará en $ 65,5. Ese promedio es "nacional", según fuentes oficiales, por lo que supera los niveles de Buenos Aires. Los precios de la nafta son más económicos en Buenos Aires que el resto del país. La excepción es la Patagonia, donde los combustibles poseen menor carga tributaria, salvo el gasoil que allí si es más elevado.