La Selección Argentina se impuso ante Australia
Le ganó 2 a 0 con goles de Messi y Pezzella. El lunes, jugará un nuevo amistoso vs. Indonesia.
Pasó la gloria en Qatar. Los festejos en el país. Y llegó China. La locura china. Y otro show del Messi leyenda. Y otra función de alta gama del campeón del mundo. Y otra victoria con el sello indeleble de esta Selección. Que gana (siempre). Pero que además, se sostiene en el juego, mantiene su hambre, ratifica desde su jerarquía y demuestra por qué manda en el planeta fútbol. Esta vez fue un 2 a 0 ante Australia. Pero fue algo más que eso: la primera prueba en serio post Mundial, el golazo histórico del 10, las marcas de la renovación, el debut de Garnacho, la búsqueda de un equipo que quiere más. Y va por más.
Si algo defendió la Selección de Scaloni en este amistoso en Pekín fue, justamente, su patrón, su prestigio, su espíritu de equipo, sus tres estrellas. Incluso, su voracidad. No sólo marcó la diferencia en 79 segundos, con ese golazo en tiempo récord de Leo Messi que nació a partir de la presión alta (y el quite) de Enzo Fernández, sino que sostuvo esa intensidad los primeros minutos, con buenas y nuevas sociedades (Alexis y Nico González, por caso), con la fórmula más exitosa (Di María-Messi) y hasta con el capitán en una posición distinta, como falso nueve.
LIONEL ANDRÉS MESSI CUCCITTINI. pic.twitter.com/I6iThPtfR8
— Ataque Futbolero (@AtaqueFutbolero)June 15, 2023
Sí, esa nueva forma de atacar, generada por la decisión de Scaloni de cuidar a Julián Álvarez (entró en el ST) y por la ausencia de Lautaro Martínez, no cambió la esencia del equipo. De hecho, en ese comienzo voraz, Messi y Alexis tuvieron situaciones claras de marcar el segundo, el primero asistido de caño por Fideo; y el segundo, tras una buena combinación con Nico González.
El hombre de la Fiorentina, que se quedó afuera por lesión en la puerta del Mundial, demostró que será una de las llaves de esta nueva etapa. Por su versatilidad, por su dinámica, por su polifuncionalidad, por su facilidad para complementarse. Puede cubrir la banda, ser extremo, volantear, llegar al gol, asistir... Algo de todo eso aportó contra Australia. Ganó casi siempre. Como una rueda de auxilio táctica permanente, dispuesta a todos y para todos.
Y a él se le sumó Alexis, entrando con más decisión al área. Y luego Lo Celso, para ofrecer toda su clase y su conexión con Messi. Sobran variantes. Y fútbol.
EL SHOW DE LA SELECCIÓN Y SUS NUEVAS VARIANTES
Por estas razones, también, la Selección mostró que sigue siendo un equipo de todos. No sólo por su identificación con la gente, sino por su forma de jugar, en la que todos tienen un rol y en la que Messi puede lucirse en modo Messi, como pasó en todo el ciclo Scaloni, acaso la otra gran virtud de este exitoso proceso.
Para atender, para mejorar, para ajustar, siempre hay cuestiones. El exceso de confianza en su propia confianza, en el otro, en su momento, le devolvió al equipo una serie de errores no forzados en defensa, en la salida, impropios de esta Selección. Por eso, algunas pérdidas de Cuti Romero y de Enzo Fernández, le dieron a Australia algunas chances de marcar que no había generado por cuenta propia.
Y cuando lo hizo, apareció Dibu Martínez con una tapada espectacular, con reflejos intactos, ante un remate de Duke (luego, el palo, hizo el resto). Cada vez que lo llamaron, el 23 demostró por qué es el Fillol de estos tiempos: en el ST, sacó otra peligrosa por los puntos. Argentina, en ese marco, mereció más que el 1-0. Messi tuvo otra chance clara, tras asistencia de Di María, pero la quiso picar y se le fue alta. Y luego, un cabezazo, entrando de nueve, ya en el segundo tiempo, que también tuvo olor a segundo grito.
Los cambios alteraron el esquema, pero no la idea de ir por más. Con los ingresos de Lo Celso y Álvarez, la Selección se rearmó bajo una línea de cuatro en el medio, con Gio a la derecha, De Paul, Enzo y Nico a la izquierda; y Messi y Julián adelante. Y buscó la chance de liquidar.
ASÍ LO LIQUIDÓ
El 2-0, así, llegó de la mano de la hermandad Messi-De Paul, a la salida de un córner, que terminó en el centro del 7 y en el cabezazo goleador de Pezzella, el que había entrado en el ST por un golpeado Otamendi. Sí, el de Aleti, que venía teniendo una versión apagada, se activó en el final, con esa combinación y otra con Leo y Lo Celso, que casi termina en el 3-0 de Julián. Variantes, toques, situaciones, para mostrar que el campeón del mundo tiene cómo y con qué.
Todo, justo en la previa al inicio del camino clasificatorio a un nuevo Mundial...