El ciclo que empezó entre sombras en Los Angeles, hace cuatro años y 20 días en un amistoso ante Guatemala con un entrenador interino, cierra una etapa con todas las luces, en Nueva Jersey, con otro triunfo contra un rival Concacaf, con un técnico consolidado, con el ánimo por las nubes, con la ilusión de hacer un gran Mundial, con una forma de jugar clara, con una Scaloneta que pasó por todos los estados (el casting de players, la Copa América 2019 de enseñanza, la gloria en Brasil y luego en Wembley, las Eliminatorias al tranquito y disfrutando) hasta llegar a este grupo, que ya tiene definidos el 90 por ciento de los pasajeros para Qatar.
La Selección llega en un nivel ideal a la Copa del Mundo. Faltan 52 días para que empiece a rodar la bola en el estadio Al Bayt y, aunque los players tengan mucho rodaje en sus clubes, el de anoche fue el último amistoso antes de que el entrenador defina los 26 que irán por el sueño de todos los argentinos. Y en esta gira, que sirvió más para los entrenamientos que para los amistosos en sí, la Argentina cosechó otro triunfo ante Jamaica y eso que Messi miró 55’ del partido desde el banco. Es que este plantel ya sabe lo que es jugar sin el capitán -faltó en 14 partidos de la era Scaloni- y eso también es importante. La Selección ya no es más messidependiente aunque siempre se depende del genio cuando están en el campo de juego.
El gol de Julián Álvarez a Jamaica 🕷️pic.twitter.com/kgFtqT9bgu
— Mati (@matiasm_02) September 28, 2022
Con Leo entre los suplentes, la Selección brindó un buen espectáculo. Juego asociado, volantes que tocan mucho la pelota, que de la posesión no hacen un culto sino una práctica, con laterales que pasan al ataque con criterio -Tagliafico es el mejor ejemplo- y con jugadores que saben que no pueden dejar pasar las oportunidades. Sean titulares como el titiritero Lo Celso o relevos como Julián Alvarez, que facturó en la primera que tuvo.
Con el 10 en el campo y con la gente gritando como si fuese un recital, el mejor del mundo pagó la entrada primero con un golazo con un remate tras pase de Lo Celso y luego con un gol de tiro libre, para que la fiesta sea completa. Así, la Selección agrandó el invicto hasta llegar a 35 partidos, para alcanzar la marca del Brasil -1993 y 1996- y la España -2007 y 2009-, para quedar a solo dos partidos del máximo récord de la historia que está en poder de Italia. Scaloni ya sacó sus apuntes, ya le dio más minutos a Julián -se impone como el primer relevo de ataque-, probó bastante a Enzo Fernández y hasta el DT terminó probando una línea de cinco defensores, con un 5-3-2. Sin triunfalismo, pero con ilusión y esperanza.