El Sevilla-Betis con el que esta tarde se reanudará la Liga de España, luego del parate por la pandemia de coronavirus, será el clásico más atípico de su centenaria historia, debido a que llega rodeado de incógnitas tras tres meses sin competición y un estadio Sánchez Pizjuán con las tribunas vacías, aunque en la ciudad la pasión será la de siempre. Con los jugadores confinados en sus casas durante dos meses y con otro de trabajos sobre el campo en diversas fases antes de los entrenamientos con el plantel completo, se presentan ahora once jornadas en las que los dos equipos intentarán trasladar las buenas sensaciones que dejaron en sus últimos partidos, los que disputaron en marzo antes de la suspensión del torneo.
El Sevilla sacó un meritorio empate en el Wanda Metropolitano (2-2) ante el Atlético de Madrid, con el que mantuvo el tercer puesto en la tabla, y el Betis le ganó al Real Madrid en el Villamarín (2-1), resultado que devolvió la ilusión para retomar la búsqueda hacia puestos europeos. El Sevilla aparece en la tabla con catorce puntos más que el Betis, aunque en estos partidos ese dato cuenta poco y más con el factor de apoyo de los hinchas perdido, como se puede comprobar desde que se reanudó la Bundesliga alemana, con mejores resultados para los visitantes.
Sí se benefició el equipo que dirige Julen Lopetegui de la recuperación durante el obligado parate del mediocampista brasileño Fernando Reges, uno de los indiscutibles para el técnico vasco pero que se hubiera perdido en marzo el clásico por lesión. El problema ahora es el estado físico del extremo argentino Lucas Ocampos, el máximo goleador del equipo pero que en los últimos días tuvo molestias físicas, por lo que una posible ausencia en el once titular sería suplida por Jesús Fernández 'Suso', Oliver Torres o Munir El Haddadi. Con esto, aunque con la incertidumbre de cómo se han presentado otros jugadores tras el largo período sin competición, el preparador vasco tiene la posibilidad de montar su equipo base con Vaclík, Jesús Navas, Diego Carlos o Éver Banega, entre otros.
El Betis, por su parte, inicia su particular recta final en pos del lejano objetivo europeo fijado a comienzo de la temporada y, para ello, además de lo mucho que supone en moral y autoestima el clásico, no tiene excesivo margen para errores que amplíen la distancia de doce puntos con los puestos de Liga Europa, ya que los béticos cuentan con 33 puntos en duodécima posición. El gol, en principio, será cosa de Loren Morón, máximo anotador verdiblanco con once tantos y recién renovado hasta 2024; aunque también cuenta con opciones la contratación estrella de este año, Borja Iglesias, en un partido como pocos para reivindicarse.
El Sevilla y el Betis ya jugaron un partido a puerta cerrada, en 2007, cuando se disputó sin público en Getafe 33 minutos de una eliminatoria de la Copa al suspenderse semanas antes ese partido del Villamarín al ser alcanzado en la cabeza el entonces entrenador sevillista, Juande Ramos, por una botella lanzada desde la tribuna.