A Alberto Fernández le queda poco más de dos semanas al frente del Gobierno argentino. Su estadía en la Casa Rosada llega a su fin luego de cuatro años marcados por una pandemia, una guerra y una sequía, pero también por indicadores económicos que, en su mayoría, empeoraron respecto de la gestión que recibió de Mauricio Macri, principalmente la inflación, cuyo índice creció notoriamente.
Después de una campaña electoral acaracterizada por el silencio del mandatario, tras el triunfo de Javier Milei en el balotaje del domingo, Fernández retomó sus apariciones públicas, dispuesto, tal vez, a hacer su balance de lo que fue su gestión como presidente. Y, en ese marco, en las últimas horas parece admitir algo que era un secreto a voces: su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner está lejos de ser la ideal.
En una extensa entrevista con el periodista Oscar González Oro para El Observador, Fernández también hizo un análisis de sus cuatro años de gobierno, y si bien admitió que faltó mejorar los ingresos y combatir la inflación, aseguró que le faltó “un poco más de suerte porque el mundo se complotó en mi tiempo”.
Además, aseguró que su Gobierno “no tuvo ninguna responsabilidad” respecto de la deuda con el Fondo Monetario Internacional y que todo lo hizo Macri.
Respecto de su relación con la vicepresidenta, Alberto Fernández admitió que termina “distante” tras los cuatro años de gestión y negó que no la haya escuchado, tal como la ex mandataria dijo públicamente hace algunas semanas.
“Son públicas y notorias las diferencias que hemos tenido (con Alberto Fernández) desde el 2020... cuando dije que era necesario alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones, pero no fui escuchada”, dijo el 22 de octubre la vicepresidenta tras emitir su voto en las elecciones generales de aquel domingo. “En un país de carácter presidencialista como este, está claro que el que decide siempre es el Presidente. Yo creo que mis gobiernos fueron muy bien recordados, tanto que en 2019 nos permitieron ganar en las PASO por más de 16 puntos de diferencia y después por 8. Mirá si me recordarían bien...″, remató visiblemente molesta.
Sin embargo, este miércoles Alberto Fernández rechazó esa afirmación, y reveló que está enfrentado con su vicepresidenta.
“Cuando yo asumí, alguien me dijo, voy a preservar su nombre, alguien me dijo ‘mirá, vos vas a a enfrentar un tiempo difícil. Los años de Macri fueron similares a los de la Revolución Libertadora. Tuvieron la característica de perseguir y enjuiciar a los opositores. Ahora tu tiempo no va a ser el tiempo de Perón, no. Tu tiempo va a ser el tiempo del tercer Perón, tironeado por la izquierda y por la derecha y te van a tironear. Prepárate para el tironeo. Prepárate’. El que me lo dijo es alguien a quien yo respeto y valoro muchísimo. Y creo que tuvieron una enorme razón. Y él me recomendó que cuente hasta hasta diez para preservar todo esto. Y la verdad es que yo le hice caso. Le hice caso y cada vez que enfrenté esa situación. Conté hasta diez y tragué saliva. Y dije acá lo más importante es que preservemos la unidad para que no entremos en otra nueva frustración Argentina”, comenzó el presidente.
Tras afirmar que el todavía oficialismo debe “abrir un debate interno sobre cómo seguir hacia adelante”, arremetió contra aquellos dichos de la vicepresidenta.
“No es que en la coalición alguien no ha sido escuchado, eso es mentira. Lo que es verdad es que alguien no fue obedecido, pero hay momentos en que el presidente decide y no debe obediencia a nadie. Por un lado me piden que sea obediente pero por otro lado me dicen que tenga la lapicera. Ahira, cuando la lapicera firma algo que no les gusta…”, sostuvo.
Y agregó: “Me causa gracia porque los medios argentinos me decían que yo era un títere, pero resulta que el títere es el único que termina enfrentado a Cristina. Muy títere no era entonces. Y la queja de que no me escuchan, no es que no escucho, además me lo dicen por escrito. Oir escucho, lo que pasa es que no siempre estoy de acuerdo. Yo la verdad quería a la Argentina subirle la vara a un montón de cosas”.
Tras repasar varias cuestiones de su Gobierno, el presidente retomó en otra parte de la entrevista su rechazo a las críticas de la actual vicepresidenta que, dijo, “confunde las cosas. Escuchar fue escuchada. Fue escuchada, fue leída, pues mandaba cartas y hacía declaraciones. Y además la escuchaba en privado. Lo que es verdad es que no la obedecía en todo lo que ella hubiera querido que la obedezca, pero no era mi misión obedecerla. Y ella lo supo desde el primer día. Yo no estaba allí para obedecer”.
“No era mi misión obedecerla bien. Y ella lo supo desde el primer día. Lo supo del primer día y además ella tuvo un antecedente conmigo en el 2008, cuando estuve en desacuerdo con la lógica que se había planteado post crisis de la 125. Dije hasta acá llegué y me fui. Y ahí me fui porque yo era un empleado del gobierno, era el jefe de gabinete de un gobierno. Ahora soy el presidente, ahora tengo que quedarme, hacer frente, tomar decisiones y actuar”, añadió.