La diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires Victoria Villaruel será la compañera de fórmula de Javier Milei en las próximas elecciones presidenciales. La abogada, miembro de la Libertad Avanza, podría ser la presidenta del Senado de la Nación en el caso de que el libertario se imponga en los comicios nacionales.
La primera opción que estudiaba el economista libertario como miembro del binomio para una fórmula presidencial era la economista Diana Mondino y es por eso que Villaruel estaba dando pasos en la provincia de Buenos Aires. Tanto es así que desde el 8 de julio de 2022 es la presidenta del Partido Demócrata de la Provincia de Buenos Aires. Ahora, con la designación en la fórmula presidencial, la candidatura bonaerense de la Libertad Avanzan vuelve a estar vacante.
Villaruel es miembro del bloque libertario en la Cámara de Diputados y desde su banca en la Cámara Baja suele tener pocas participaciones, pero cuando toma la palabra lo hace en la misma línea que su referente político, con el condimento ideológico de estar alineada en la defensa de los militares encarcelados que tienen procesos legales por haber participado de la represión ilegal durante la última dictadura cívico-militar.
Buena parte de los 48 proyectos que presentó desde que asumió como diputada se refieren a pedidos de informes al Ejecutivo nacional y expresiones de repudio a las condenas a ex militares en causas de lesa humanidad. Asimismo, desde el 2022 empuja un proyecto de ley para que se instituya el 5 de octubre como el “Día Nacional de las Victimas del Terrorismo en Argentina”.
Abogada, egresada de la Universidad de Buenos Aires y con 48 años de edad, se la señala como el nexo entre el economista libertario y el partido de derecha español Vox por su relación personal con varios políticos de esa agrupación.
El salto a la popularidad lo dio cuando fundó la asociación civil denominada Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), una entidad que se dedica al estudio de los actos cometidos por las organizaciones armadas y en defensa de las víctimas de las mismas. Hija de un ex militar carapintada que se negó a jurar la Constitución en 1987, suele tener expresiones contra las organizaciones de Derechos Humanos y de familiares de detenidos-desaparecidos.
A la hora de hablar de su padre, Eduardo Marcelo Villarruel -que falleció el año pasado con el grado de teniente coronel (retirado) del Ejército -, hace referencia a que en 1982 participó en la Guerra de Malvinas como segundo jefe de la Compañía de Comandos 602, la del también ex carapintada Aldo Rico.
En septiembre de 1973, su padre estuvo internado en el Comando de Sanidad del Ejército de la Ciudad de Buenos Aires al momento en que un grupo del ERP copó el comando. Eduardo Villaruel fue rehén durante toda la noche que duró el copamiento.
Uno de los últimos hechos que la tuvo como protagonista fue en la Comisión de Juicio Político que sigue el proceso contra los jueces de la Corte Suprema de Justicia. En una de las primeras jornadas de la comisión, la diputada -no forma parte de la misma pero que puede asistir en calidad de legisladora y tiene varios familiares trabajando en la institución- se hizo presente el mismo día que declaró Nora Cortiñas, miembro de Madres de Plaza de Mayo.
Cuando se retiraba del recinto, un grupo de periodistas le pidió un mensaje para Cortiñas y la legisladora dijo: “Que se deje de defender terroristas”. Pero no quedó solo en el hostigamiento a la Madre de Plaza de Mayo sino que hizo referencia a un fotógrafo del Congreso. Mediante su cuenta de Twitter señaló que le parecía “preocupante” que un “exmilitante de Montoneros” trabajara como fotógrafo en el Congreso porque es el “recinto de la democracia”. Hacía referencia a Gustavo Molfino, hijo de Noemí Gianetti de Molfino, asesinada por la dictadura al igual que una de sus hermanas, y tío de un niño que nació en cautiverio y fue apropiado.
Esta actitud le valió el repudio de varios legisladores y de las organizaciones de trabajadores del Congreso de la Nación.