Daniel Scioli será precandidato presidencial de las elecciones 2023. Aunque solo lo insinúa en público, sus últimos movimientos dan por confirmada su estrategia electoral de ir a una PASO con otros dirigentes oficialistas, incluso la de enfrentar a La Cámpora.
“Acá estoy, cuenten conmigo”, había avisado hace tres días, mediante un posteo en Facebook. Esta semana, O Globo, en su sitio y en su versión papel, tituló que “El embajador de la Argentina admite que disputará la Presidencia”. Nada es explícito en esa entrevista, pero todo es inequívocamente sugerido. Y la agenda y los movimientos que hace el exgobernador develan que va en esa dirección.
Quienes más cerca están de Pichichi, que hoy regresa a Brasil por cuatro días, aseguran que él no dará marcha atrás: será uno de los candidatos de la interna del peronismo y afirman que se tiene más confianza, inclusive, que en 2015, cuando Mauricio Macri lo derrotó por tres puntos. Entonces, la población demandaba un cambio y Macri lo encarnó muy bien. Ahora, el electorado -calcula Scioli- reclama confiabilidad y previsibilidad para salir de la crisis y él siente que encarna esos valores.
Otro dato: Scioli no está empecinado en ser un candidato de consenso. Entiende que Juntos por el Cambio, con Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y otros postulantes, tendrá una interna muy competitiva y él cree que el FDT debe hacer una oferta similar, para movilizar a su electorado. Y pretende vencer a sus competidores, incluidos a los de La Cámpora, porque tal vez intuye que es la única forma de alinear verdaderamente a todos los sectores. Quizá, por eso, no habló sobre su candidatura con Cristina Kirchner. No quiere quedar atrapado en las internas que solo desgastan. Quiere sumar, no restar ni caer en ninguna grieta.