El jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, habló por primera vez de las tomas de colegios que hubo esta semana en la Capital Federal.
El dirigente de Juntos por el Cambio prometió ser “inflexible” con quienes mantengan las ocupaciones de los edificios y apuntó contra los padres que permiten esas medidas. “Los padres que apoyan medidas violentas van a tener que hacerse cargo del daño que sus hijos están provocando”, aseguró en una conferencia de prensa que compartió con su ministra de Educación, Soledad Acuña, el jefe de Gabinete, Felipe Miguel y otros integrantes de su gabinete.
“Los problemas se solucionan trabajando, dialogando, nunca desde el autoritarismo y la violencia. Ese no es el camino”, sostuvo el alcalde porteño. “Nadie está por encima de la ley. Los adultos tenemos la responsabilidad de ser ejemplo para nuestros chicos”, agregó.
Con un fuerte discurso político, Rodríguez Larreta vinculó las tomas en los colegios con “varias expresiones violentas” que ocurrieron esta semana y que de “ninguna manera contribuyen a la construcción de la Argentina que queremos”, y que “quieren imponer su voluntad sobre la mayoría”. Y asoció el conflicto educativo con los hechos vandálicos en la Patagonia protagonizados por “pseudo mapuches en Villa Mascardi”, “la extorsión del sindicato del neumático” en su paritaria de actividad o “el kirchnerismo queriendo cambiar las reglas de juego electoral, intentando derogar las PASO o la sancionando leyes de Lemas”.
“Todo esto es lo mismo. Es un modelo de país que fracasó y que pequeños grupos resisten con violencia porque saben que perdieron el apoyo de todos los argentinos. Eso es lo que me da esperanza. Los argentinos estamos hartos de que grupos intensos, muchas veces agresivos pero minoritarios, hagan lo que quieran y eso no tenga consecuencias”.
Rodríguez Larreta se apalancó sobre la conflictividad de esta semana para tomar distancia de la orientación política y de gestión del gobierno del Frente de Todos. “Es frustrante que, en estos conflictos, el Gobierno nacional no haga nada para cuidar a los argentinos. Y especialmente cuando decide no ocuparse de pilares básicos, como la institucionalidad, el trabajo, la educación o la seguridad”, dijo. Y con prédica proselitista, continuó: “Tengo esperanza, vamos a salir adelante. De todos estos conflictos, además de la angustia, la bronca y las complicaciones que generan, también pudimos comprobar que son muy pocos y son cada vez menos los que eligen este camino. Es un modelo de convivencia que está terminando y se está yendo”.
Durante la rueda de prensa, los funcionarios del Gobierno porteño rechazaron las críticas de centros de estudiantes, sindicatos docentes y del Gobierno nacional sobre la intervención de la Policía de la Ciudad en el conflicto, tras la denuncia penal presentada contra los padres y familias de los alumnos que tomaron escuelas.
“La única instancia en la que la Policía tuvo un rol fue como servicio de notificación de la Fiscalía del Fuero Penal y Contravencional”, dijo Acuña, ante la consulta de la prensa. También aseguró que el desayuno, una de las demandas de los estudiantes, “es universal” en los niveles iniciales y primario, y que aquellos alumnos de la secundaria que reciben una vianda la perciben concepto de “refuerzo nutricional” para las familias vulnerables que lo piden. “No es una comida, consta de una barrita de cereal y una fruta, o un sandwich y una fruta”, sostuvo.
Además, apuntaron contra el habeas corpus presentado por el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, que apunta a que la Policía de la Ciudad se abstenga de intervenir en las escuelas. “Es un disparate más querer retirar al Estado de su rol. Es lo que vemos en el sur con muchos argentinos padeciendo para que se deje actuar a los delincuentes. No vamos a retirarnos de las calles”, sostuvo Felipe Miguel.
Consultados sobre las declaraciones del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que cuestionó al gobierno porteño por “hacerse los guapos con pibes de 16 años”, Rodríguez Larreta contestó que “en la Ciudad la educación es una prioridad, cuando en la provincia de Buenos Aires estuvieron muchos meses cerradas”. También sumó su interpretación a las declaraciones del mandatario provincial la ministra Acuña, que defendió lo actuado por su cartera al argumentar que lo que están haciendo es “ejercer nuestro rol de adultos, que es enseñar lo que marca la ley”. “Cerrar una escuela por la fuerza es un acto ilegal, lo que estamos haciendo es enseñandoles a partir del diálogo y no de la fuerza. Ser adulto es que ejerzan su responsabilidad como tal”, consideró.
“Me angustia mucho, me preocupa mucho ver a la Argentina así. Pero no perdamos perspectiva, son grupos minoritarios. La enorme mayoría de los argentinos repudiamos el apriete, la extorsión, no es la Argentina que queremos”, concluyó el jefe de Gobierno porteño al cerrar la rueda de prensa.