Pablo Moyano se bajó de la movilización del viernes próximo en respaldo de Cristina Kirchner, que organizan sectores del oficialismo cuando la Vicepresidenta presente su alegato en la causa Vialidad.
El dirigente de Camioneros había generado nuevas tensiones en la Confederación General del Trabajo (CGT) tras anticipar que la central obrera “acompañará de forma masiva” esa concentración. Sin embargo, ante la falta de respaldo interno que tuvo su propuesta, incluso por parte de su propio padre, Hugo Moyano, el cotitular cegetista ya le comunicó en las últimas horas a su par Héctor Daer (Sanidad), que desistió de participar en la marcha y que no lo planteará a dentro de la CGT.
Se trata de la tercera derrota consecutiva del hijo de Moyano en sus intentos por realizar medidas en sintonía con el kirchnerismo. La primera se produjo apenas se produjo el intento de atentado contra Cristina Kirchner, cuando el moyanismo y la Corriente Federal de Trabajadores, que integran Sergio Palazzo (bancarios) y Vanesa Siley (judiciales), presionaron para concretar un paro general el lunes 5 de este mes en repudio al ataque, pero se impuso la opinión del sector mayoritario de la CGT, que prefería dejar que actuara la Justicia para investigar el episodio y consideraba que la central ya se iba a movilizar hacia la Plaza de Mayo durante el feriado decretado por Alberto Fernández.
Aun así, acordaron volver a debatir el tema en una reunión del Consejo Directivo cegetista convocada para el lunes, aunque finalmente se levantó porque, una vez más, la alianza sindical que maneja la CGT impuso su criterio moderado y sus rivales del moyanismo y la Corriente Federal, en minoría, anunciaron que ya no impulsarían el paro y una movilización ante la Corte para protestar contra la Justicia, los medios y la oposición al considerarlos responsables de instalar el “discurso del odio”.
El sector mayoritario en la CGT está capitaneado por “los Gordos” (Héctor Daer, de Sanidad, y Armando Cavalieri, de Comercio), los independientes (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de la UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias) y el barrionuevismo (Carlos Acuña, de estaciones de servicio), más aliados como Jorge Sola (seguros) y Sergio Romero (UDA).
Pablo Moyano, por su parte, está aliado a Mario Manrique (SMATA) en el Fresimona (Frente Sindical para el Modelo Nacional) junto con Omar Plaini (canillitas) y Cristian Jerónimo (vidrio), y adhiere al kirchnerismo tal como los integrantes de la Corriente Federal de Trabajadores. Incluso comparten posiciones con la CTA kirchnerista que lidera el diputado ultra-K Hugo Yasky, pero, como se confirmó en estos días, no tienen mayoría en el Consejo Directivo de la CGT.
Cuando la conducción cegetista debatió la propuesta K de realizar el paro y movilización ante la Corte, el día siguiente del ataque contra Cristina Kirchner, se produjo un fuerte cruce Daer y Moyano, dos viejos enemigos que conviven forzadamente en la estructura cegetista. El líder de Sanidad argumentó que la CGT ya había decidido marchar ese día hacia la Plaza de Mayo y que una protesta como la que querían sus rivales podía contribuir a empeorar el clima político. Para el dirigente camionero, si no realizaban una fuerte medida de fuerza, que incluyera una protesta ante la Corte, “nos van a llevar puestos la derecha, la Justicia y los medios”. Daer le replicó que muchos en la CGT “no compartían ese diagnóstico” y fue respaldado por la mayoría de los dirigentes del Consejo Directivo.
Aunque el moyanismo y la Corriente Federal se bajaron de su iniciativa, quedaron heridas por el debate sindical: Manrique criticó a sus colegas cegetistas porque consideró que luego del intento de atentado la CGT tendría que haber abandonado el “equilibrio político” y “tomar posición” sobre el ataque.
“Espero poder llegar al paro. Hoy, el movimiento obrero, lamentablemente, es un barquito de papel. Ya me cansé -reconoció el sindicalista-. Yo soy el secretario gremial, estoy adentro de la bolsa. Cuando nosotros, con Pablo (Moyano) y los compañeros del frente sindical tratamos de unificar la CGT pensamos en darle otra impronta, en cambiar ciertas cosas. Darle una autonomía de pensamiento que nos permitiera responder a la gente”.
Por eso se reactivaron las tensiones internas hace cuatro días, cuando Pablo Moyano anticipó de manera inconsulta que la central obrera apoyará la movilización que se realizará el 23 para apoyar a Cristina Kirchner: “La CGT está en estado de alerta y movilización. Se habla de un acto el 23 de septiembre, cuando la Vicepresidenta declare (en el marco de la causa Vialidad) y vamos a acompañar de forma masiva también a esa movilización”, afirmó el camionero a C5N.
La alianza sindical que controla la CGT no sabía nada de esa propuesta y la desconoció: “Será un acto de su agrupación política. No involucra a la CGT. Lo que haga Pablo Moyano está dentro de su soberanía, pero no está en nuestra agenda”, advirtió un referente de ese sector.
El fin de semana pasado, finalmente, el hijo de Hugo Moyano le comunicó a Daer que se bajaba de la movilización en favor de la Vicepresidenta. Aun así, en la CGT saben que la pelea interna va a seguir y que continuará enfrentando a los sectores kirchneristas y no kirchneristas de la central, tamizada por el estilo del dirigente de Camioneros de avanzar con decisiones sin consultarles a sus colegas.