El Gobierno de la provincia de Buenos Aires, como era de esperarse, se alineó con Nación y acató el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) firmado por Alberto Fernández, que extiende por tres semanas las restricciones manteniendo las escuelas del AMBA sin clases presenciales.
En territorio bonaerense, el Poder Ejecutivo actualizó el sistema de fases indicando en qué situación se encuentra cada municipio y qué actividades están permitidas de acuerdo al contexto epidemiológico particular. Las nuevas medidas fueron publicadas este domingo en el Boletín Oficial de la provincia. La novedad, en el decreto firmado por Axel Kicillof, es que el gobernador ordenó a sus ministros que se inicien negociaciones para la compra de vacunas contra el coronavirus.
En su artículo 8, el Gobierno bonaerense instruye “a los Ministros Secretarios en los Departamentos de Salud y de Jefatura de Gabinete de Ministros, para iniciar negociaciones y celebrar los contratos necesarios para la adquisición de vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra la COVID-19″. Mientras que en el siguiente artículo se faculta a los funcionarios que establezcan las negociaciones a “incluir cláusulas o acuerdos de confidencialidad acordes al mercado internacional”.
La orden del mandatario bonaerense recae sobre el ministro de Salud, Daniel Gollan, el jefe de Gabinete, Carlos Bianco (también firmantes del decreto), “y/o los y las funcionarios/as en los cuales aquellos deleguen las funciones encomendadas”. Tanto la cartera sanitaria como Jefatura de Gabinete podrán dictar “en forma individual o conjunta”, normas aclaratorias, interpretativas y complementarias que resulten necesarias.
El Gobierno bonaerense mantuvo un rol clave a lo largo del año pasado para que Nación pueda acceder a la vacuna rusa Sputnik V. Con el correr de los meses y ante el desfasaje entre las cifras de dosis prometidas por Casa Rosada y las que realmente fueron llegando, la oposición abrió la discusión reclamando autonomía en la compra de vacunas para enfrentar la pandemia.
Y si bien el Estado nacional concentró la compra de las mismas, semanas atrás el jefe de Gabinete Santiago Cafiero abrió la puerta al sostener que “las provincias y el Gobierno de la Ciudad pueden comprar vacunas por su cuenta y los privados también”, ya que “no está prohibido en Argentina”.
Tras los dichos de Cafiero, Horacio Rodríguez Larreta dio el primer paso para buscar dosis contra el COVID-19 por fuera de las negociaciones de Alberto Fernández y del Ministerio de Salud Nacional. A mediados de abril, desde el Gobierno porteño ratificaron que “se harán todos los esfuerzos” para poder adquirirlas a partir de abrir un canal de diálogo con las distintas farmacéuticas.
Desde Mendoza, donde gobierna el radical Rodolfo Suárez, adelantaron que seguirían el mismo camino. El propio Suárez había adelantado que mantuvo conversaciones con empresarios y científicos mendocinos para intentar hacer puentes con los laboratorios y gestionar la compra. De todas formas, hasta el momento, no hay gestiones formales iniciadas.
Las tres provincias de la región central del país ya tienen un acuerdo para intentar comprar vacunas en bloque. Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos apuestan a trabajar en conjunto para tener más peso en una potencial negociación. No iniciaron ninguna gestión formal y, por la información que recolectaron, recién podrían avanzar en la compra de dosis el próximo año.
Una estrategia similar es la que planean seguir las 10 provincias del Norte Grande: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes y La Rioja. Un puñado de gobernadores de ese grupo realizaron gestiones con Astrazeneca y Johnson & Johnson. La respuesta que obtuvieron es la misma. Tiene las dosis comprometidas para todo el 2021 con estados nacionales. Es imposible conseguir este año.
La misma situación se repite en las distintas provincias. Asumen el interés en iniciar las negociaciones pero se topan con los mismos problemas de falta de vacunas.