La ocupación de camas de terapia intensiva es uno de los indicadores más importantes a la hora de evaluar la gravedad de la segunda ola de contagios de coronavirus. Por eso, la gran preocupación de las autoridades sanitarias hoy es mantener a flote el sistema sanitario. En este marco, se resolvió cancelar cirugías electivas y programadas para así empezar a liberar camas de terapia intensiva para pacientes con COVID que requieran este tipo de internación. Pero siguen ingresando pacientes a un ritmo más rápido que durante la primera ola, lo que está por provocar el colapso del sistema.
Según datos de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, el promedio de edad de los pacientes internados es de 53 años
La cartera sanitaria nacional indicó ayer que son 4.492 los internados en unidades de terapia intensiva (126 más que el martes), con un porcentaje de ocupación de camas de adultos del 65.5% en el país, del 75.4% en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y superó el 70% en la Capital Federal.
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, reconoció la saturación del sistema sanitario de la Ciudad, al revelar que el nivel de ocupación de camas en las unidades de terapia intensiva (UTI) en los sanatorios y clínicas privadas “está por arriba del 95%”, mientras en los hospitales públicos ese indicador clave llegó al 71.7% el miércoles.
Un relevamiento simple de los últimos partes sanitarios reportados por la Ciudad, muestra un aumento de casi 50% en los últimos 12 días: la ocupación de camas UTIs en el sector público pasó de 218 el 10 de abril a 323 ayer, 21 de abril. De esta manera, la ocupación de camas con pacientes COVID graves superó el récord registrado el pasado 13 de agosto con el 69% (312) de 450 camas disponibles en la Ciudad de Buenos Aires.
Otra diferencia con aquella primera ola es el grupo etario. Según datos de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, el promedio de edad de los pacientes internados es de 53 años. La curva de contagios en la Ciudad de Buenos Aires muestra una suba de casos ascendente desde finales de marzo y principios de abril con valores que oscilan entre los 2.100 y los 3.100 reportes diarios. Ayer se informaron 2.904.
Así, el distrito porteño registra una especie de “amesetamiento de casos” de coronavirus en un nivel muy alto en las últimas semanas, con un récord que alcanzó los 3.358 contagios en 24 horas (el pasado 12 de abril), mientras las autoridades sanitarias esperan un impacto positivo de las medidas de restricción que se instauraron en los últimos días.
“Hemos tenido una curva de casos tremendamente acelerada y ojalá que con el esfuerzo de todos podamos seguir disminuyendo la interacción social en lugares cerrados para bajar la curva. De todas maneras, ese aumento acelerado ha significado un enorme esfuerzo para el sector de la salud”, agregó Quirós durante su última conferencia de prensa en la sede del Gobierno porteño.
Ante este panorama, el Hospital Fernández -que forma parte del denominado anillo rojo junto con el Muñiz, el Santojanni y el Argerich- comenzó a derivar pacientes hacia otras instituciones para progresivamente concentrar su atención en pacientes críticos y moderados con coronavirus.
El resto de la “emergentología” que normalmente absorbe el hospital será redirigida al resto de las unidades que conforman la red de atención pública. Fuentes del Ministerio de Salud porteño explicaron a Infobae que, si bien continuará atendiendo a pacientes con otras patologías, las nuevas internaciones que se vayan sumando priorizará a los pacientes COVID-19 positivos.
Los hospitales que conforman el círculo rojo son los que reciben más derivaciones en la ciudad de Buenos Aires. Por el momento, el Muñiz, el Santojanni y el Argerich continuarán con su funcionamiento normal pero no se descarta una transformación similar en esos centros médicos si los contagios siguen en aumento.
En el sector privado la situación es más crítica. Ayer el presidente de la Unión Argentina de la Salud y dueño de Swiss Medical, Claudio Belocopitt, advirtió: “Estamos muy cerca de vivir situaciones dramáticas”.
“Estamos viviendo horas muy desesperadas y angustiantes. No tengo mas palabras para describir la situación y transmitir el gravísimo problema que estamos teniendo y que nos afecta a todos. La posibilidad de utilizar el sistema de salud la tienen todos, no solo los que contraigan COVID; el sistema en esta situación lo sufren todas las patologías. Es el problema más serio que tiene la Argentina por esas horas”, alertó Belocopitt.
En declaraciones a Radio La Red, el reclamó más restricciones para frenar la curva de la segunda ola de coronavirus. “Hay que bajar la circulación a cómo de lugar; si esto se puede lograr con medidas que no restringen tanto y tiene efecto y baja la circulación, estaremos logrando algo. Hay que terminar con esta pared en la que se convirtió esta curva, que resulta explosiva. Pero si no se logra, no hay ninguna duda que tienen que ser más restrictiva desde el punto de vista de la salud pública”.
Belocopitt expresó así el nivel de estrés del sistema de salud. También habló del faltante de insumos y del riesgo de no cerrar actividades de cara a la segunda ola de COVID-19. “Estamos muy cercas de ir a una de las situaciones más dramáticas y angustiantes del sistema de salud y los profesionales pueden llegar a pasar esta situación. Yo transmito la realidad”, contestó al ser consultado sobre la posibilidad de no contar con los respiradores necesarios para tratar pacientes graves.
Sobre la ocupación de camas, Belocopitt describió: “Estamos al 100%, cortamos clavos minuto a minuto. El sistema privado está recontra al límite, está en saturación. Esto pasa todo el tiempo, en todas las guardias y terapias”. El Ministerio de Salud de la Nación informó que en las últimas 24 horas se registraron 291 muertes y 25.932 nuevos contagios de coronavirus. Con estos números, el total de infectados desde que comenzó la pandemia asciende a 2.769.552 y las víctimas fatales son 60.083.