Cerrarán 70 mil comercios y no se podrá correr en la Ciudad
Sólo quedarán habilitados negocios esenciales, bancos e industrias con protocolo. Y seguirán las salidas de los chicos.
Tras un encuentro de más de tres horas en la residencia de Olivos, el presidente Alberto Fernández, el gobernador Axel Kicillof y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, avanzaron en el endurecimiento de la cuarentena para contener la expansión del coronavirus y achatar la curva de contagios en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El virtual regreso a la fase 1 del aislamiento durará desde el 1° de julio hasta el 17 del mismo mes inclusive. En rigor será una etapa más flexible que el aislamiento implementado el 19 de marzo, puesto que los bancos seguirán abiertos al público.
Durante la nueva etapa solo podrán abrir los comercios esenciales. En la Ciudad son cerca de 50 mil, entre los de alimentación, ferreterías, quioscos y otros rubros. Alrededor de 70 mil comercios porteños volverán a cerrar sus puertas, a los que se sumarán otros miles del Conurbano. Son en su mayoría bazares, mueblerías, jugueterías y tiendas de indumentaria y calzado. Otros 20 mil nunca fueron habilitados desde el inicio de la cuarentena y unos 10 mil debieron cerrar en la última extensión del aislamiento. En la Capital se suspenderán además los permisos para correr, pero continuarán habilitadas las salidas de los chicos los fines de semana.
Desde las Nación, Provincia y Ciudad evitaron las confirmaciones formales, que el Presidente comunicará este viernes en un mensaje grabado junto al gobernador y al jefe de Gobierno. Larreta y Kicillof están citados en Olivos para este viernes a las 11. Uno de los puntos que dividía las aguas entre la Provincia y la Ciudad y sobre el que el Presidente debió arbitrar era sobre el inicio de la nueva etapa. Kicillof pretendía que arrancara cuanto antes, mientras que Larreta prefería que comenzara a partir del 5 de julio para evitar un colapso del sistema sanitario que preveía para el 15 de agosto.
Finalmente se consensuó que la fase se iniciara este miércoles 1° de julio. Las 72 horas entre el final de esta etapa de la cuarentena previsto para el domingo 28 y la nueva fase servirá para "calentar motores", según precisaron cerca de los participantes del encuentro. En criollo, significa que se optimizará el control sobre el transporte y la circulación en automóviles particulares. En el Gobierno porteño explicaban que hubiera sido contraproducente tomar medidas restrictivas antes de atravesar “la montaña”, como denominan al pico de contagios. Se entusiasman con aperturas protocolizadas a partir del 17 de julio, pero nadie puede asegurar cuál será el resultado de la cuarentena estricta.
El Presidente se había plegado con declaraciones a la presión pública de Kicillof para endurecer las medidas. En la práctica, sin embargo, Fernández dejó correr el tiempo. “Deberíamos volver a la fase 1”, sostuvo el mandatario en una entrevista el 11 de junio. Luego volvió a criticar la apertura de comercios y las salidas a correr, pero tampoco hizo nada. “Querían salir a correr y abrir los comercios, ahí tienen las consecuencias”, llegó a decir el mandatario. Los casos positivos en la Capital pasaron de un piso de 600 contagios por día a más de 1.000. En la Provincia la escalada fue similar. La ocupación de camas de terapia intensiva también se duplicó en ese tiempo.
En la nueva fase solo estarán habilitados los comercios esenciales. El jefe de Gobierno pretendía originalmente que se cerraran la menor cantidad de rubros posibles, ante la profundización de la crisis por el parate obligado. Los bancos seguirán funcionado como hasta el momento, con turnos. Se descartó la idea de que solo abrieran para jubilados y beneficiarios de AUH. También continuarán funcionando las industrias que tengan los correspondientes protocolos. Sin embargo, ve con mejores ojos el cumplimiento de una cuarentena estricta y acotada en el tiempo para después sí permitir la apertura protocolizada de más actividades económicas. "Necesitamos una restricción mayor estos días para llegar a una salida de una vez por todas: con reapertura inteligente, cuidada, protocolizada pero reapertura al fin, al final del camino. Hay que apretar los dientes, se vienen semanas complejas”, sostuvo el Larreta el miércoles en una reunión de Gabinete ampliado.
"Las tres jurisdicciones han acordado avanzar en mayores restricciones a la movilidad que permitan una fuerte merma en la circulación”, informó Presidencia a través de un comunicado, minutos después de que iniciara el encuentro. Los tres mandatarios comenzaron la reunión a solas. Luego, se sumaron el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el ministro de Salud Ginés González García y la secretaria Legal y Técnica Vilma Ibarra; el vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli, el jefe de la Cartera de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós; su par bonaerense, Daniel Gollán; y el ministro coordinador de la Provincia Carlos Bianco. Los tres gobiernos acordaron limitar el uso del transporte público. El mismo quedaría limitado para determinadas categorías de los trabajadores esenciales, que hoy suman 54 rubros.
Cafiero ya había descartado una de las ideas más radicales que circularon para restringir el transporte: la posibilidad de que se prohíba a los colectivos cruzar de Provincia a Capital y viceversa. Según los datos que arroja la SUBE, hace 2 meses que el flujo de usuarios se mantiene constante, cercano al millón de pasajeros, sin aparente relación con el pico de contagios. En lo que va de junio, solo el 13 por ciento de los usuarios (147 mil) viajan desde el Conurbano a la Capital y apenas un 3 por ciento (37 mil) hace el viaje inverso. El grueso -el 65 por ciento (710 mil) de usuarios se mueve entre las jurisdicciones del Gran Buenos Aires. Con ese panorama, en la subsecretaría de Transporte bonaerense barajaban desde la suspensión del servicio de colectivos en el Gran Buenos Aires hasta la multiplicación de la oferta de unidades, la idea que más acompañaron los intendentes del Conurbano.
Las dificultades para implementar esa medida terminaron por obligar a la postergación del anuncio, que originalmente se había pensado para después de la cumbre. Los tres distritos aumentarán sensiblemente el control del transporte y la movilidad. Desde el 20 de marzo, las fuerzas federales controlar a 13 millones de personas; infraccionaron a más de 100 mil; y secuestraron 4.765 vehículos, según números del ministerio de Seguridad. En su mensaje conjunto, el Presidente, el gobernador y el jefe de Gobierno reforzarán la idea de la necesidad de pedirle un nuevo esfuerzo a la ciudadanía, pero evitarán hablar de un "último esfuerzo". Nadie quiere quedar preso de sus palabras, luego de la marchas y contramarchas en países con estrategias exitosas. "Necesitamos reforzar la responsabilidad que ha tenido la ciudadanía hasta el momento", señalaba el comunicado oficial difundido al comienzo de la reunión.