Vuelve la foto transversal. Alberto Fernández anunciará, escoltado por Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof, la extensión de la cuarentena hasta el 24 de mayo, pero con dos aperturas esenciales: volverán a funcionar 1.060 industrias y se retomará, con restricciones, la actividad en algunos sectores del comercio en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. La postal triple se prepara para este viernes en la Quinta de Olivos, al anochecer, y, a diferencia de anuncios anteriores, no estará precedido por una teleconferencia masiva: el miércoles, el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro iniciaron una ronda de charlas con los gobernadores para mapear la situación en las provincias.
Video: Coronavirus en Argentina: La cuarentena se extiende dos semanas, pero abrirán 1.060 industrias y estudian liberar algunos comercios
El Presidente estuvo al frente de dos bilaterales: una, a media mañana, con Rodríguez Larreta y otra, a media tarde, con Kicillof. De ambas, en Olivos, participó Cafiero, que queda a cargo de sistematizar, firma mediante, las nuevas flexibilizaciones. No es un dato antojadizo que el Presidente ponga el foco en AMBA: primero porque es, estadísticamente, la zona roja del COVID-19, que concentra el 65% de los casos y donde la curva de contagios, aún controlada, se mantiene en alza.
Segundo, porque Larreta y Kicillof expresan una diferencia de criterios sobre qué hacer con los comercios en esa zona compartida entre las dos jurisdicciones, que en términos del ataque a la pandemia funciona como un bloque casi indivisible. El jefe de Gobierno quiere autorizar la venta a la calle mientras el gobernador se muestra cauto sobre esa decisión y se enfoca en la cuestión productiva. El DNU que Fernández firmará el fin de semana modificará el artículo referido a las excepciones en aglomerados de más de 500 mil habitantes para permitir que se retome la actividad industrial en más de diez sectores, un universo que incluye 1.060 plantas que emplean a unos 200 mil trabajadores en todo el país.
El grueso se concentra en el Gran Buenos Aires, Córdoba y Rosario, aunque hay oficinas logísticas y comerciales en CABA que también retomarán la actividad. Se trata de empresas que pidieron ser exceptuadas y que, tras un análisis de riesgos sanitarios, el gobierno decidió autorizar. Ese paquete de aperturas Incluye, en la primera etapa, automotrices, indumentarias, calzado y cuero, caucho, plásticos y químicos, papeleras y, entre otros, tabacaleras. La lista de 1.060 empresas, con su ubicación y la cantidad de empleados, está en la mesa de Fernández y será incluída en las excepciones que luego deberán contar con el OK de cada provincia. No parece, dicen en Gobierno, un problema: la mayoría de los gobernadores pidió reactivar los sectores que se liberarán.
El gobierno nacional se reserva, de todos modos, el "superpoder" para anular esas aperturas en caso que se complique la situación epidemiológica. ¿Por qué industrias sí y comercios no?. El interrogante cruzó las varias charlas que tuvieron funcionarios nacionales con gobernadores y Rodríguez Larreta. La diferencia, a priori, parece substancial: la industria supone un número específico de involucrados -la cantidad de empleados- que se trasladan en horarios establecidos y que, en muchos casos, pueden evitar el transporte público. En cambio, la cuenta del comercio, además de los empleados, incluye forzosamente la circulación de los clientes, cuyo número es difícil de determinar.
Fernández pivoteó entre el planteo de Rodríguez Larreta, que pidió una apertura controlada de la venta al público en comercios de algunos sectores, que no incluyen la venta de ropa y zapatos, y el de Kicillof, que sostiene que la apertura indiscriminada de los locales puede disparar la circulación de gente. El gobernador bonaerense advierte sobre la saturación del transporte público, que hasta ahora se mantiene en menos de un cuarto de lo que era antes de la suspensión de clases, pero sobre todo teme que la circulación interjurisdiccional -entre la Ciudad y el Conurbano- opere como un mecanismo de expansión del virus.
"Las industrias pueden acomodar horarios y turnos, y sobre todo pueden manejar los traslados de manera grupal o individual. El comercio es imposible de predecir: en un local trabajan 3 personas pero no se puede saber cuántos clientes van a ir", detalla una fuente del Gobierno. Kicillof repasó este jueves, a media mañana, el panorama epidemiológico de la provincia y confirmó la tendencia de que el COVID-19 se concentra en el Gran Buenos Aires, a la vez que se aplanó en el interior. Dos ejemplos: en La Plata se cumplieron 5 días sin casos nuevos y en Mar del Plata van más de 20 días sin confirmaciones.