Un día después que Alberto Fernández, Axel Kicillof brinda su discurso en la Legislatura bonaerense que da inicio a las sesiones ordinarias. Como se esperaba, el Gobernador expresó duras críticas a la gestión de la ex gobernadora María Eugenia Vidal y, en sintonía, enumeró las medidas que tomó desde que asumió el 10 de diciembre para empezar a “revertir esta situación que no se merecen los bonaerenses”. “La propuesta que tengo es empezar a recuperar el estado de abandono”, sentenció Kicillof, acompañado por la vicegobernadora, Verónica Magario. Esa fue una de sus primeras intervenciones que recibió el aplauso de su Gabinete, los legisladores oficialistas y los intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires.
“Esto se está haciendo por voluntad política y no de este gobernador, sus ministros o los dirigentes. Es la voluntad de los y las bonaerenses, que en este momento tan complejo de crisis lo demostraron de manera democrática y pacífica a través del voto”, sostuvo, haciendo referencia al contundente triunfo que logró en las elecciones del 2019. Otra de las críticas hacia la ex gobernadora -sin nombrarla- fue el hecho de que ella se mudara a la base militar de Morón, que en su momento fue explicado por razones de seguridad: “Este gobierno va a gobernar desde la ciudad de La Plata, desde la capital de la provincia de Buenos Aires”. En los primeros minutos de su discurso Kicillof apuntó con dureza a la gestión pasada y utilizó esas críticas como base para empezar a desarrollar lo que consideró que fueron logros de su gestión.
El Gobernador celebró el comienzo de las clases en forma normal luego de varios años sin que eso ocurriera. Durante las gestiones de María Eugenia Vidal y Daniel Scioli el inicio del ciclo electivo siempre fue un tema de conflicto con los gremios docentes. En esta oportunidad aceptaron una suba del 16,66% en dos cuotas. “Después de muchos años se han iniciado las clases. En la provincia de Buenos Aires los únicos privilegiados son los niños y niñas”, sostuvo. En un tono duro, fiel a su estilo, el mandatario dijo que en los 82 días que lleva gobernando está “poniendo en marcha la provincia de Buenos Aires”. Recalcó que lo está haciendo “pese a la dura situación económica, las emergencias, la escases de recursos y los condicionamientos externos”.
No leyó su discurso. Solo llevó algunas hojas con anotaciones que le sirvieron como ayuda memoria. No le hicieron falta para lanzar críticas al gobierno anterior e, incluso, a de Daniel Scioli. “Hemos encontrado muchos lugares en una situación de abandono. La infraestructura de la provincia. Es cierto también que es atribuible a situaciones estructurales más antiguas”, precisó. Uno de los logros de su gestión que más resaltó fue el incremento de visitantes a la costa atlántica y la temporada histórica que tuvo Mar del Plata y diferentes ciudades de la costa. También destacó la decisión de frenar el aumento de tarifas, de peajes y del combustible, y asoció algunas de las medidas a una continuidad en la provincia de las que tomó el presidente Alberto Fernández en la nación.
En esa línea, afirmó: “Las decisiones que se toman desde el gobierno y la legislatura tienen resultados. Si sabemos apuntar bien, dónde poner los recursos y a quién favorecer, vamos a dar vuelta esta crisis y vamos a poner de pie la provincia”. Con respecto al control del las tarifas resaltó su decisión de suspender el aumento de la luz durante seis meses y dejar sin efecto la medida que había tomado María Eugenia Vidal. “Cuando llegamos, una parte de la boleta se pagaba en dólares. Establecimos una revisión integral de esos acuerdos. También queremos ver cuáles fueron las ganancias del sector y si se cumplieron las inversiones. Tienen que ser justas las ganancias”, explicó. En sintonía con el discurso de Alberto Fernández en el Congreso, Kicillof dijo que “para la provincia no hay nada peor que un plan neoliberal” y que “nunca más debe volver el neoliberalismo a gobernar”. “La provincia de Buenos Aires es el corazón productivo del país. Representa el 40% de lo que produce el país y tiene al 30% de los trabajadores registrados. Requiere de todos los instrumentos que el neoliberalismo dejó de lado”, señaló.