La historia detrás de la designación de Mauricio Macri en la FIFA
El ex primer mandatario será presidente ejecutivo de la Fundación de la entidad, un cargo ad honorem.
Gianni Infantino designó este martes a Mauricio Macri como presidente ejecutivo de la Fundación FIFA luego de la aprobación del directorio de la entidad. El cargo es ad honorem y el ex mandatario deberá impulsar los objetivos de la agencia, destinados a divulgar los valores del fútbol como herramienta de cambio social. Para Macri será, también una formidable vidriera, una vez que dejó el gobierno del país y se apresta a reconstruir su espacio político desde la oposición. “Estoy muy agradecido con esta muestra de confianza de la FIFA y este reconocimiento a nuestro país. Este es un nuevo rol adicional que desempeñaré con honor, sin descuidar el compromiso que asumí con los argentinos que nos eligieron de seguir representándolos”, escribió Macri en su cuenta de Twiter una vez difundida su designación.
La noticia desató críticas de los dirigentes del fútbol argentino. Han sido de una virulencia impensada si la decisión de la FIFA se hubiera producido antes de las elecciones de octubre que modificó el escenario de la política nacional. En esas críticas también fue apuntado Infantino. Por su decisión y por los modos. Cuando era dirigente de Boca, Macri nunca fue considerado “de los nuestros” por los dirigentes locales. Lo vieron como un intruso en el mundo de la pelota pero debieron convivir con él a medida que ascendía en los lugares de poder, desde Buenos Aires a la presidencia del país. Cualquier otro directivo que hubiera sido “bendecido” por la FIFA habría recibido el beneplácito de la dirigencia.
Para entender la decisión de Infantino es necesario repasar los vínculos de los actores y la relación de poder en los últimos años. El presidente de la FIFA ve en Macri a un dirigente político de peso, juzga favorablemente sus relaciones con los principales gobiernos europeos durante sus cuatro años de mandato y considera que la derrota electoral es sólo una coyuntura local. Ve en Macri a un aliado potable. Para sus intereses, es suficiente. Estos puntos, clave, no son los que valoran los dirigentes argentinos, imbuídos del día a día “puertas adentro”. Sin embargo, tampoco puede considerarse que Infantino cree solamente que Macri es el mejor del grado. Hay, en la designación, una devolución de gentilezas importante.
Cuando Buenos Aires organizó la reunión del G-20, Infantino vino al país como invitado especial del gobierno. ¿Qué hacía allí la FIFA ? Al ítalo-suizo le caían como un traje a medida las fotos con Merkel, Trump, Putin o Macron. Jugaba su propio partido, daba una señal a sus rivales europeos (y no solo) del mundo del fútbol, habida cuenta de sus rispideces con la UEFA, liderada por su presidente, el esloveno Aleksandr Ceferin. Macri tenía motivos para jugar la osada carta de la invitación a Infantino al G-20. En esos días impulsaba con fortaleza el proyecto de presentar la candidatura conjunta de Argentina, Uruguay y Paraguay (luego se sumó Chile) a organizar el Mundial 2030. Aquel cónclave en Buenos Aires fue a finales de 2018 y el marco político local era muy diferente al actual, vale recordarlo.
Macri nunca se alejó del fútbol. “Su deseo era tener un lugar preponderante” a futuro, si las elecciones lo veían derrotado, aseguran actores que lo asesoraron en la candidatura mundialista. Fueron los mismos que llevaron esa inquietud a Infantino, junto al paraguayo Alejandro Domínguez, titular de la Conmebol. El presidente de la FIFA fue perceptivo pero advirtió que “no hay un cargo de elite en la FIFA” y así se instituyó el premio Living Football. Se trataba de una condecoración por su “compromiso con el deporte y su aporte al fútbol”. Se otorgó por primera y, hasta ahora, única vez. Para recibirlo, Macri hizo un viaje demoledor de Osaka a Zurich. Había viajado a la nueva cumbre del G-20, a fines de junio de 2019.
De Japón viajó a recibir el premio a Suiza, donde estuvo solo 24 horas. Al retornar al país, la campaña electoral entró en la recta final. El fútbol quedó en segundo plano pero no fue descuidado, sólo que cambiaron los interlocutores del entonces presidente. Fue el tiempo en el que Daniel Angelici fue su mano derecha en el mundo de la pelota y como tal viajó junto a Rodolfo D’Onofrio a una reunión propiciada por Infantino para impulsar el Consejo de Clubes de Profesionales. Era el caballo de Troya para entrar en conflicto con la UEFA e ir por el botín mayor: organizar otro tipo de Champions League, el máximo negocio a nivel de clubes de la época.
En su declaración por Twiter, Macri no recordó ni a Angelici, ni a Domínguez ni a los asesores anteriores que lo vincularon permanentemente con la FIFA.
Con mucha alegría quiero contarles que la FIFA me ha elegido como el próximo presidente ejecutivo de la Fundación FIFA, la organización que busca generar un cambio social positivo a través del fútbol y la educación.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri)January 28, 2020
“Mauricio tiene el perfil ideal para liderar este proyecto, que quiere poner el fútbol al servicio de la sociedad. A través de su experiencia como líder de una gran nación conoce el rol central que tiene la educación para el futuro de nuestras sociedades y, como dirigente de uno de los clubes de fútbol de mayor éxito, sabe la fuerza y la pasión únicas que genera nuestro deporte. Su experiencia y visión de futuro permitirán, sin duda, que nuestra fundación intensifique su labor y amplíe su ámbito de acción para contribuir a mejoras sociales en todo el mundo” destacó ayer Infantino al anunciar la designación. En llamas y casi por unanimidad estallaron las voces de los dirigentes del fútbol local, nunca tan críticas con Macri.
Enfrentados, la AFA y la Superliga coincidieron en rechazar la nominación . Más fácil de entender es la posición de Ameal, sucesor del macrista Daniel Angelici en la presidencia de Boca. O la de Marcelo Tinelli, a pesar de que el titular de San Lorenzo, en su momento, tuvo buenas relaciones con el ex presidente. O la de Nicolás Russo, titular de Lanús y diputado provincial del massismo. Menos se comprende el exaltado tuit de Jorge Brito, voz macrista en la comisión de River, quien consideró “lamentable” la designación de Macri. “Lamentable” es un palabra que aparece en casi todas las comunicaciones de los directivos, como si siguieran un molde o respondieran a un acuerdo preexistente. Con demora, llegaron las facturas. No ha sido el mejor momento para recibir el cargo en la FIFA, cuando recién dejó el gobierno y a horas de sus declaraciones en Río Negro. La dejó picando. Tragará el sapo y luego verá. Por lo pronto, ya tiene una nueva plataforma de lanzamiento.